Mi mejor amiga y yo nacimos casi a la vez. Nuestras familias eran amigas de antes y nuestras madres se quedaron embarazadas de nosotras en el mismo mes. Así que acabamos siendo como hermanas.

Por cosas de la vida, ella vive ahora en una ciudad muy lejana a aquella en la que nos criamos, y apenas nos vemos tres veces al año. Como tantas personas, mi amiga se mudó por amor. Su amor platónico de siempre era de aquella ciudad lejana, y finalmente consiguieron tener una relación estable (porque ella accedió a irse a vivir con él, claro). Él no quiso venirse a nuestra ciudad, así que fue ella la que se adaptó a la forma de vivir de él.

secreto amiga matrimonio

De ser una chica con un círculo social súper amplio, salir y apuntarse a un bombardeo, pasó a llevar la típica vida trabajo + pareja. Ahora, trabaja hasta las seis de la tarde, llega a casa, ordena, limpia, y se va a dormir.

Cuando viene de visita ella sola, queda con mucha gente, sale de fiesta, disfruta. Cuando viene con él, dan algún paseo y salen a desayunar. Es evidente: él la frena.

El caso es que, en una de esas veces que vinieron, ¡oh!, ¡sorpresa!, él accedió a salir de fiesta. Por entonces, yo estaba saliendo con un chico muy espontáneo y extrovertido (la típica persona que llama la atención en las reuniones) y el novio de mi amiga (un machote de libro) pareció sentirse amenazado.

Entonces, en un momento dado en que nos quedamos solos, me dijo que ese chico no me convenía. Yo me quedé tiesa, ¿quién era él para decirme eso? Y siguió diciéndome que, si lo que quería era liarme con alguien atractivo, me entendía perfectamente, que él también lo hacía a veces sólo para sentir la adrenalina, pero que no me convenía tener una relación seria con ese chico.

Que para algo serio tenía que buscar a una persona fácil y simple, como XXX (nombre de mi amiga). Pero lo mejor no es eso. Acto seguido, me puso la mano en la cintura, bajó hasta rozarme el culo y me guiñó un ojo.

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Imaginaos cómo me quedé. Me paralicé, no podía creerme lo que había pasado. El novio de mi amiga, además de gilipollas, era infiel y acosador. A los pocos minutos, fingí que me dolía mucho la cabeza y me fui a casa. Seguí así todo el fin de semana hasta que mi amiga y el cabronazo se fueron, y ahora los evito lo máximo posible cuando vienen a mi ciudad. Y esto ha enfriado también la relación con mi amiga.

Siempre he sido de la opinión de que hay que dejar que la gente se dé cuenta de las cosas por sí misma, pero pasó el tiempo y mi amiga se casó, y ahora se están planteando tener un hijo, y creo que no lo puedo permitir.

Revelarle el secreto destrozaría su matrimonio, pero creo que eso es precisamente lo que necesita.