Hoy A. nos hace una pregunta sobre pasar página o seguir esperando. Es una de estas cuestiones que muchas de vosotras nos planteáis, o que nosotras mismas nos hemos hecho mil veces:

Hola Eva, te escribo porque la esperanza es lo único que se pierde. Mi dramita es el siguiente:

Mi ex pareja ha roto nuestra relación, por segunda vez y siempre por el mismo motivo. Cuando tiene problemas familiares/personales, en vez de apoyarse en mí, siempre huye porque piensa que me va a hacer daño y está mejor sin mí. Como si no confiara en nuestra relación.

Pasó hace un año y ahora otra vez, también es cierto que él volvió por si solo en su momento.

Mi cabeza dice que tengo que pasar página pero mi corazón que debo de esperarlo, que en algún momento la cosa saldrá bien.

Help!


Ays, A. ¿Cuántas personas no están con ese mismo dilema en este momento? Miles, estoy segura. Pero también estoy segura de algo:

Puedes pedirle todas las peras del mundo a un olmo, quedarte esperando bajo él, rezar, darle abono para perales, podarle como si fuera un peral, pero jamás, jamás de los jamases, te dará peras.

Es así. Tu ex parece una persona cuya estrategia ante los conflictos es la de aislarse. Vale, genial, es así. Y a ti esa estrategia no te es válida, porque cada vez que tiene un problema te trata como si fueras un balón con el que quiere jugar, pero que cuando no puede, le da la patada, lo manda bien lejos y ya verá si lo puede encontrar cuando quiera volver a jugar con él. Y no, nena, no es justo para ti.

Una pareja sana es que la está en los buenos momentos, y la que se apoya en los malos. En esta ecuación, él no quiere la segunda parte. Por tanto, nunca podréis ser una pareja sana. ¿Si tu pareja te quisiera sólo cuando tiene un problema creerías que es una pareja sana? No, ¿verdad? Pues en este caso, lo mismo. Y no, ese rol de Cid Campeador que se va solito a la guerra dejándote a ti en el convento, perdona que te diga, pero huele a cacota. Ya sea porque puede ser una excusa para poner tierra de por medio, ya sea porque puede ser incapaz de pedir ayuda, ya sea porque su hombría le hace sentir que debe ser capaz él solito, no es lo que tú quieres ni mereces en una relación.

Y, quizás, no es ninguna de las opciones que te estoy dando, pero ¿qué más te da? ¿Es esto lo que tú quieres y lo que crees que mereces?

La pregunta es ¿Qué te pasa a ti para quedarte esperando que un olmo te de peras?

Otra cosa es qué te hace a ti quedarte ahí esperando. Es decir, qué necesidad tienes de esperar que alguien que te ha hecho lo mismo dos veces, cambie. ¿Acaso necesitas pensar que, ¡oh, Cenicienta! Con tu sumisión, tu amor, y encargándote de todo, al final te amarán, te darán tu lugar y seréis felices para siempre? Creo que te estás contando un cuento, un maravilloso cuento en el que tú eres la heroína que salva al príncipe de sus propios fantasmas, en este caso el fantasma de no saber pedir ayuda. El cuento en el que el amor todo lo puede.

¡Error! El amor no es suficiente, de verdad que no. Además de los sentimientos, se necesitan ganas de tirar las cosas adelante, voluntad de hacer que la otra persona se sienta bien, acuerdos, comunicación… Y, por lo que cuentas, eso no lo tienes.

¿Quizás es que piensas que ningún otro hombre te querrá? Entonces, tal vez, deberías pegarle un repasito a tu autoestima. O, ¿tal vez es que crees que no tener pareja es un fracaso?

Puede haber muchas razones, muchas más de las que quizás nos imaginemos, pero lo que está claro es que sabes que quedarte esperando no te hace bien, y aún así te lo planteas.

Quizás deberías hacerte estas preguntas en serio:

  • ¿Qué me lleva a mí a querer esperar por alguien que ya me ha demostrado que me hace daño?
  • ¿Cuál es el miedo que hay en mí para plantearme esperar?
  • ¿Qué opino de mí misma si me voy?
  • ¿Cuál es la opción que a mí, como persona, me hace sentir más válida?
  • ¿Qué le diría a alguien a quien quiero de verdad, como a mi mejor amiga, si me cuenta esto?

A. respóndete con sinceridad, pero sobre todo con amor por ti misma. Quizás en tu fuero interno eso que llamas amor no es ni más ni menos que miedo a quedarte sola, a no encontrar pareja, a sentirte un fracaso, a… Y el miedo es uno de los peores enemigos del amor.

Sé valiente, elígete. Y, si vuelve, ya decidirás, pero mientras tanto ¡que le den por saco al convento!

Un abrazote.

Eva

 

Si quieres contarme tus cositas y que te aconseje, escríbeme un WeloverTerapia.

También puedes venirte a mi Instagram.

Si necesitas un chutazo de autoestima, puedes echar un vistazo a mi manual gamberro.