¿Pensando en emigrar? Cómo elegir un lugar para vivir.

 

No soy consultora profesional ni mucho menos, pero salí de mi tierra natal hace más de diez años, emigré, así que me gustaría hablar en base a mi experiencia.

En primer lugar, yo emigré por amor. Alerta spoiler: Lo más probable es que eso salga mal, no lo hagáis. No es una buena razón para cambiar de país, de cultura… de todo. No emigréis por amor a nadie más que a vosotras mismas.

Por suerte para mí, la persona de la que me enamoré es de un país al que he terminado amando por sí mismo y que tiene muchas cosas buenas, así que creo que lo habría elegido de todos modos de haberme decidido a emigrar por cualquier otro motivo.

Creo que hoy en día, tanto por la globalización como porque lamentablemente hay muchos países en el mundo en los que no hay buenas oportunidades para la mayoría de sus habitantes, hay mucha gente que decide emigrar, unos con mayor necesidad que otros, así que aquí van mis consejos:

-Elegid un lugar acorde a vuestra personalidad. Creo que por mucha capacidad de adaptación que tenga alguien, el proceso de emigrar ya es lo bastante duro como para encima añadirle más cargas, así que deberíamos optar por un lugar en el que podamos echar raíces, en el que nos veamos siendo felices. No creo que una persona que ame la tranquilidad, la austeridad y el contacto con la naturaleza, sea feliz viviendo en Nueva York, ni una cosmopolita fashionista que además adore pasar sus tardes de museo en museo, pueda serlo en Marruecos.

 

-Tened en cuenta el clima. Diversos estudios demuestran que los países nórdicos, que en invierno cuentan con poquísimas horas de luz, tienen un índice de suicidios más altos que países más soleados y con climas más amables. Está claro que habrá a quien le afecte más y a quien le afecte menos, pero los estudios están ahí: la luz -o mejor dicho, la falta de esta-, le afecta a nuestro cerebro de humanos. Yo, ser tropical que creció en una tierra de verano eterno, lo paso mal en invierno con todo y que aquí en España este suele ser ligero; odio la lluvia, me deprime, así que aunque amé Londres cuando fui de vacaciones durante cinco días, vivir ahí seguramente me haría terminar odiando la vida.

-No subestiméis el factor económico. Al mundo no lo mueve el amor, sino el dinero, por duro que sea, más allá de que cada uno de nosotros tengamos nuestras motivaciones personales más o menos humanas y altruistas. Necesitamos dinero para vivir, y me atrevería a decir que la mayoría de las personas que emigran, lo hacen buscando precisamente una mejor calidad de vida, más oportunidades de crecer profesional/económicamente, de tener una casa, un coche… la vida que quieren. Y habrá quien se vea a sí mismo surfeando en Australia hasta que se le caigan las carnes, y ole, pero dicen que al final todo cansa y creo que todos necesitamos una motivación en la vida, unas metas que alcanzar. Infórmate acerca de cómo están la economía y las oportunidades laborales reales para ti en el país al que te estás planteando mudarte.

 

-Aprende el idioma y la cultura del lugar antes de ir, y entérate de cómo suele ser la gente allí. Independientemente de que cada uno es como es, hay factores culturales, de idiosincracia, que son comunes para los individuos de un mismo país o región. Por ejemplo, tu sexualidad podría ser juzgada en algunos lugares, no solo social sino también legalmente, o quizás tú seas una persona muy sociable que ama andar de terraceo y en el lugar al que piensas ir la gente no conoce ni a su vecino y vive para trabajar.

 

…Y dicho todo esto: lánzate a la aventura. Vivir en un país distinto al tuyo de nacimiento puede salir bien o regular, puede traerte prosperidad o no, pero lo que sí es seguro es que te traerá siempre, de un modo u otro, un grandísimo aprendizaje que te acompañará por el resto de tu vida; te volverá una persona más fuerte y más humana, y créeme que la satisfacción de llegar tan lejos por ti mismo/a, no tiene precio.

 

Lady Sparrow