La actualidad demuestra que aún hay que cambiar muchas cosas.Y que el cambio se encuentra en cada una de las personas que forman parte de la sociedad partiendo de los gestos más pequeños. En este caso, en particular, nos referimos a esa extraña manía de usar la palabra PUTA como insulto a las mujeres.  

De hecho, el otro día escuché a una chica decir: ¿a quién no le han llamado puta alguna vez en su vida o sabes que lo han podido hacer? Y no pudo darme más rabia porque una palabra mal usada puede causar mucho daño e ideas preconcebidas muy erróneas.

Y DEBEMOS CAMBIARLAS.

Y no hablo del “serás putilla” cariñoso que podemos lanzarnos entre un grupo de amigas de confianza. De hecho, prefiero que me llamen PUTA (por eso de que mi coño lo disfruta)  a que me llamen tonta. Oye, preferencias que no deberíamos elegir nunca. 

Pero el PUTA al que me refiero es al comentario dañino que puede escucharse en diversas situaciones, como estas (y la lista no acaba aquí):

  • Una mujer soltera que se acuesta con los hombres que quiere.
  • Una mujer que “se exhibe” en redes en ropa interior o desnuda ( y que no sea conocida, porque en ese caso el juicio social alcanza un nivel muy hipócrita.
  • La mujer por la que te deja tu exnovio.
  • La mujer que comete una infidelidad o la mujer con la que se comete la misma.
  • La mujer que vive su sexualidad como le da la gana.
  • La mujer que resulta muy atractiva a los hombres

Si buscamos esta palabrita en la Real Academia Española, esta nos indica:

  1. Adj. como calificación denigratoria: Me quedé en la puta calle.
  2. Adj. antífrasis para ponderar. Ha vuelto a ganar, que puta suerte. 
  3. Adj. para enfatizar la ausencia de algo. No tengo un puto duro.
  4. Prostituto.
  5. Sodomita o que practica la sodomía. (Aquí dato random: se define literalmente como la penetración del pene en el asno, no me lo invento).

Ninguno de estos significados incluye los usos anteriormente mencionados, que yo vea. Aún así, sigo escuchándolo en diversas reuniones y de diferentes personas. Personas que se consideran feministas, que luchan por la igualdad, que se consideran libres. Pero, perdonadme que os diga, una sociedad no es buena si se construye sobre los cimientos de los insultos y la vejación. Porque sí, estas cuatro letras son vejatorias. No hay razón lógica que pueda justificar su empleo. 

Y siento decir esta frase pero, para mi gusto, si has llamado PUTA, que el machismo te de la bienvenida. Al igual que si las has escuchado sin manifestar tu oposición al respecto.

Porque puede que pienses que no cometes ningún daño. Que solo es una palabra. Que no lo dices de verdad.Que “es una forma de hablar”– esto suena igual de ridículo que él “ yo soy así”. Pero es una de las peores costumbres que podemos mantener. Que la sociedad avanza y si ya no vamos en taparrabos y tapándonos con hojas ni cazamos con las manos, ¿por qué seguimos manteniendo esta manía ridícula?

Y no me mal interpretéis, el insulto suena igual de mal dicho por un hombre y por una mujer. Pero yo, como mujer que soy, y me declaro una acérrima defensora de la SORORIDAD, pienso en lo mucho que retrocedemos cuando llamamos a nuestras compañeras, porque todas lo somos, puta por esas razones. Sin empatizar con ellas y es que al final, sabemos cómo nos sentimos cuando nos lo llaman o creemos que lo hacen.

No se quién y en qué momento enfrentó a las mujeres. Nos hizo vernos como enemigas cuando  deberíamos ser las primeras que nos tratemos las unas a las otras con respeto. Quien convirtió la vida en la competición que a veces parece. Pero me gustaría decirle, empleando correctamente el significado de la RAE:

“ ¡QUE SE VAYA A LA PUTA MIERDA!”