Si me pongo creativa en la cama, mi chico no me dura ni 5 minutos
No se puede tener todo en la vida.
Eso nos lo dejan claro desde chiquitines y no solemos tardar mucho en comprobarlo por nosotros mismos.
Sin embargo, de vez en cuando pasamos por rachas en las que nos sentimos tan plenos que nos parece que hemos conseguido librarnos de cualquier tipo de adversidad.
En estos momentos yo misma me doy cuenta de que hacía mucho que no me sentía tan feliz. Aunque debo confesar también que estoy lidiando con un problemilla de esos que no le cuentas a nadie porque eres muy consciente de que es una tontería.
Bueno, y porque me da un poco de corte comentarlo.
Os lo cuento por aquí, desde el anonimato, por si alguien puede aconsejarme:
Lo que pasa es que si me pongo creativa en la cama, mi chico no me dura ni 5 minutos.
Madre mía, si es que me siento hasta medio mal por estarme quejando.
Tengo salud, tengo trabajo y estoy enamorada de una persona que también está enamorada de mí.
¡Soy una suertuda!
Lo sé. Pero… siempre hay un ‘pero’.
Y es que mi chico es un amor, es bueno en el sexo, no sufre de eyaculación precoz y sabe cómo hacerme disfrutar.
Siempre y cuando yo no me suelte en exceso o me ponga innovadora de más.
Si me da por tomar las riendas, por hacer cosas diferentes, se motiva demasiado y se me va, dejándome con la miel en los labios.
Es así de simple.
Cuando le dejo hacer y dominar la situación, todo perfecto.
En cambio, si me ocurre tomar el control, uy, la cosa ya va más rápida.
Si le pido expresamente hacer algo diferente, algo que me apetezca probar, por el motivo que sea, mejor será que esté atenta porque no va a durar mucho.
Y ya como le deje ver que estoy muy excitada, me toque y no me corte en gritar/jadear/gemir, hasta luego Mari Carmen.
Si me pongo creativa en la cama, mi chico no me dura ni 5 minutos
¿Por qué? Pues, por lo visto, le pongo demasiado.
Dice que no hay nada que le encienda más que verme acariciarme, disfrutar y llevar la batuta.
Todo junto o por separado.
Así que tengo dos opciones; ser yo misma, dejarme llevar y que él termine en un pispás.
O contenerme, limitarme al sexo más conservador y contentarme con esas dos o tres posturas con las que sé que ambos tendremos unos tiempos similares.
He llegado a un punto en el que ninguna de las dos alternativas me satisface del todo.
Y lo que es peor aún, me gustaría que aguantase más, pero no tengo tan claro que me haga gracia saber que ya no le pongo de la misma manera.
Porque creo que, en el fondo, un fondo un tanto frustrado e insatisfecho, me encanta saber que puedo hacer que se corra solo con un par de gestos.
En resumen: el que me entienda que me compre.
¡Muchas gracias por leerme!
Anónimo
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