Por experiencia personal puedo asegurar que el hecho de que la primera vez que te acuestas con una persona sea un completo desastre no significa que todas las veces vaya a ser así. De hecho, que la primera vez con alguien sea todo maravilloso, salten chispas y fuegos artificiales no es lo más común. 

Y quien dice primera vez, dice primeras en plural, porque cuando alguien te gusta mucho o afloran los complejos en un momento tan íntimo, es muy normal que los nervios os jueguen una mala pasada. Si ya se empieza con un encuentro sexual en el que las cosas no han ido del todo bien, se hace bola y afecta a los siguientes, entrando el cuerpo tensión en el momento en el que se entra en un plano más íntimo. Pero como digo, es posible que todo esté en vuestra cabeza, sean nervios y lo único que necesitéis sea encontrar el momento adecuado en el que estar en un lugar tranquilo, relajados y dejar que la pasión y el deseo sexual fluya entre vosotros. 

Sin embargo, cuando ya llevas un tiempo prolongado en una relación estable y cada encuentro sexual se convierte en un auténtico desastre, es señal de que algo no funciona. Si tu relación va bien y no existe ningún problema fuera del ámbito sexual, lo suyo es que os sentéis tranquilamente a hablar del tema. Pueden influir múltiples factores, desde estrés, caer en la rutina, algún trauma, vergüenza, o simplemente que no os coordináis, que a veces también pasa. 

Para solucionar este tipo de problemas es fundamental la comunicación en la pareja, hablar sin tapujos y buscar entre los dos posibles soluciones. También podéis ir juntos a un sex shop a elegir juguetes, lubricantes de sabores, aceite para masajes, o cualquier cosa que os apetezca probar juntos y que encienda esa chispa que os falta en la cama. 

Sobre todo, dejad la mente en blanco, dejaos llevar, dad rienda suelta a la pasión, dejad que vuestros cuerpos hablen, sentíos, disfrutad de la sensación tan cálida de compartir intimidad con tu pareja, sin prisas, saboreando cada centímetro de piel y sintiendo cómo poco a poco os va inundando el placer. La fusión de cuerpo y alma que se produce en el sexo sin duda es una de las cosas más maravillosas que es capaz de sentir el ser humano. Relajaos y ¡a disfrutar!

K. Raider