Al fin un estudio con algo de sentido en la vida. Resulta que una experta  sexóloga de París afirma que el clímax se consigue comiendo croquetas durante el orgasmo.

Asegura que si en el momento del orgasmo muerdes una croqueta, la sensación de placer se multiplica por cien.

Estoy absolutamente de acuerdo con esta señora. Porque no lo he probado (aún) pero si yo puedo llegar a un cíimax extraordinario cuando muerdo una croqueta casera, y noto como explota la bechamel en mi boca mezclada con el sabor de jamón, o de cocido, o de setas, o de cualquier cosa que le metan dentro, porque aún no he probado una que no me guste. Pues haciendo ñigui ñigui debe de ser lo más.

Dame croquetas, baby.

 

Además me han dado mucho más placer que la mayoría de los hombres sin decepcionarme jamás. Y mucho más duradero. Porque el placer dura desde el momento que cualquiera te dice: «Esta noche hay croquetas para cenar». Desde ese preciso instante tú ya te excitas, y sonríes toda la tarde, y esperas ansiosa el momento de la cena, como si hubieses quedado con Jason Momoa. Y cuando llegas a casa y las ves en el plato, blanquitas, y empiezas a oler el aceite calentándose. y  luego cuando caen en la sartén y vas viendo como se doran poco a poco, y el olor te  invade todo tu ser, y tú ya notas mariposas hasta en el chichi. Y la culminación es comértelas.

Esto si es porno duro, queridas.

 

Total que lo que hay que hacer es la próxima vez que hagáis croquetas en casa ponéis el platito en mesa de centro, y al lío en el sofá. Lametazo por aquí croqueta por allá. Penetración por aquí, felación croquetil por allá. Si os venís muy arriba incluso os las podéis restregar por el cuerpo y que vuestra pareja vaya lamiento el rastro. Y cuando estéis a punto de llegar al orgasmo: Croqueta en la boca y a tragar. Lo único que a lo mejor con la boca llena pues no podéis gritar o esas cosas, pero chica si el placer se ha de multiplicar por cien, valdrá la pena seguro.

Y si no tenéis pareja para masturbarse también sirve, dijo la sexóloga. Por lo tanto, platito al lado de la cama. Y croqueta va y croqueta viene, hasta que venga el orgasmo, y  croqueta para la boca, y a gozar.

Yo a esto la única pega que le veo es que claro, si el orgasmo mejora tanto, pues el día que tengas ganas de tema y no tengas croquetas ¿qué haces? será como quedarte a medias ¿no?. En plan: «Cari, ve al Open Cor aunque sean las tres de la mañana y tráete croquetas congeladas de esas que hace la abuela». Que claro congeladas está claro que al clmax llegarás a un 30 por ciento. Pero a esas hora como llamas a tu abuela para que te traiga un tupper.

O sea que a partir de ahora sí o sí hay que tener croquetas caseras en el congelador para cada vez que te coja un calentón.