Todo empezó con un eyeliner. Lo eché en falta cuando fui a usarlo una noche de sábado en que iba a arreglarme para salir. Me resultó raro que no estuviera en el neceser en el que guardo todo mi maquillaje, y al no aparecer lo busqué en el armarito del baño, debajo del lavabo, en el bolso que había utilizado el finde anterior…pero nada, que no apareció. Al final me resigné a maquillarme de otra manera y no le di mayor importancia, total, sólo era un eyeliner.

La siguiente vez fue una camiseta, y esta sí que me escoció más porque oye, un eyeliner barato vale, además se puede haber perdido por cualquier rincón, pero esa camiseta yo sabía que la había guardado y no tenía ningún sentido que hubiera desaparecido.

Después fueron más cosas de lo más variadas: una pinza del pelo, un subrayador, un mechero, un pintauñas y unas gafas de sol que fueron las que me pusieron sobre la pista de que igual no era que yo fuera un desastre, sino que alguien me estaba robando en mi puta cara. 

Fue una tarde que coincidí con mi vecina Patri en el ascensor. Patri se había mudado tan sólo unos meses antes y era la única persona más o menos de mi edad del bloque; nos habíamos conocido cuando ella estaba en plena mudanza, me ofrecí a echarle una mano y acabamos entablando amistad, por lo que no era raro que un  par de tardes por semana una de las dos fuera a casa de la otra a tomar un café y a charlar un rato. Pues bien, como decía, coincidimos en el ascensor y vi que llevaba unas gafas de sol igualitas que las mías, y yo que no voy a negar que soy un poco lerda solté: ‘’¡Anda, si tienes unas gafas iguales que las mías!’’ Ella sonrió un poco incómoda y me dijo que sí, que le habían gustado mis gafas y como le había dicho que me habían salido muy bien de precio había ido a  por unas. 

Nos despedimos en el portal y tardé un rato en darme cuenta: todas las veces que me había desaparecido algo había coincidido que Patri había estado en mi casa.

Aun así no quise dar nada por hecho ni confrontarla sin estar completamente segura, así que unos días después le dije que se pasara por mi casa a tomar un café y preparé el terreno: dejé una bufanda y un gorro colgados del perchero de la entrada, un pintalabios rojo accidentalmente caído junto al neceser del maquillaje y una libretita muy mona en el mueble del salón, junto a la puerta. Vino a casa, tomamos café, charlamos un rato, fue al baño un momento, nos despedimos y se fue. Di por hecho que se habría llevado el pintalabios cuando fue al baño, pero se ve que el afán de cotilleo había sido más poderoso y se había guardado la libreta al salir. 

Mi primer impulso fue confrontarla, pero pensándolo fríamente caí en la cuenta de que realmente no tenía pruebas y de que si procedía así me tacharía de loca, no recuperaría ninguna de mis cosas y quedaría yo como la mala, así que decidí que iba a hacerle saber que lo sabía a la vez que recuperaba al menos alguno de los artículos que me había robado. 

Y vaya si me salió bien. La siguiente vez que quedamos a tomar café fue en su casa; pasé un momento al baño y no tuve que buscar mucho para encontrar mi eyeliner, pero además tuve premio: mi camiseta estaba en el cesto de la ropa sucia, así que la cogí y la guardé en mi bolso, que había dejado en la entrada, antes de regresar a la cocina y seguir de cháchara. No sabía si se habría dado cuenta o no, porque los días siguientes actuó de manera normal, así que aproveché y le dije que tenía que contarle un cotilleo, a ver por dónde me salía.

Y volvimos a quedar para tomar café de nuevo en su casa. De aquella conseguí recuperar la libretita y las gafas de sol que había dejado tranquilamente en el mueble de la entrada, así que di por sentado que no se había enterado de que había recuperado alguno de mis enseres.

Todo transcurrió con normalidad durante varios días, hasta que hace poco volvimos a coincidir y dio la casualidad de que yo llevaba las gafas de sol que me había robado. Hablamos como siempre, aunque me percaté de que parecía nerviosa y de que miraba mucho las gafas. Quedamos en tomar café esta tarde y en esta ocasión hemos quedado en mi casa, así que habrá segunda parte sobre si me ha vuelto a desaparecer algo o por el contrario me ha devuelto alguna de las cosas que aún no he recuperado…

 

Con1Eme

 

Envía tus movidas a [email protected]