Esta es una situación que no tiene final, que no es trágica, tampoco es emocionante o involucra sexo y mucha lujuria, simplemente me he enamorado del chico de Tinder sin haberlo visto ni una sola vez. Ya sé, qué clase de gilipollas soy y cómo es que he caído en la triste trampa de las conversaciones a distancia y las videollamadas a las 3 de la mañana sólo para verle unos momentos para no concretar nada aún. 

Las aplicaciones para citas han estado muy en boga los últimos años y yo he sido bastante asidua a utilizarlas, porque soy una chica tímida, que no se atreve a interactuar en la vida real, además jamás he sentido que soy atractiva, porque los tíos que conozco  o que me han gustado jamás se han fijado en mí, y estoy muy segura que es, pues porque no tengo un cuerpo de ensueño o una personalidad muy chispeante; no les gusto a los tíos cuando me ven. Vale, se que me estoy tomando esto con mucho drama, pero es mi realidad y no sé cómo cambiar esa mentalidad. 

Hace un par de meses descargué Tinder por quinta vez; y es que siempre que lo hago al cabo de unos días desisto de seguir con ella, porque los tíos sólo quieren encuentros casuales y yo no me siento el tipo de persona que quedaría con alguien para tener sexo y después si te he visto no me acuerdo. Muchos de los Match que hice nunca me hablaron y pensé que quizá si ponía una buena descripción alguien engancharía conmigo; tenía que probar suerte. En la descripción incluí mis gustos musicales, mis hobbies y todas las rarezas que me hacen única, pero que no se ven con una simple foto, y esperé. Al cabo de unas horas ya tenía un mensaje que me halagaba por mi buen gusto en el cine y así partió todo. A los minutos del primer mensaje intercambiamos número de teléfono para hablar por Whatsapp y la cosa empezó a marchar bien, tan, pero que tan bien. 

Yo sé que es imposible conocer a alguien de verdad sólo hablando por el celular, pero también sé que conforme han pasado los días Franco y yo hemos conectado de una forma tan natural y espontánea, que hay segundos en los que no me lo creo. Hay momentos en los que trato de no hacerme ninguna ilusión de que algo salga de estas interminables conversaciones, pero hay otros en los que me encantaría que las cosas pasaran y fuera todo idílico como en las comedias románticas, que nos viéramos por primera vez y todo fuera perfecto. 

Se que no soy una chica atractiva o sexy y que quizá mis chances de que en persona le guste se reduzcan a cero, y sí, se que quizá estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua, porque hicimos Match con nuestras fotos, pero aún así siento un enorme terror al rechazo y sé que eso no es algo raro, porque siento que tengo mucho en juego, que si esto se acaba, aunque haya sido virtual, me romperán el corazón. 

 

 Marina Keller. www.maekeller.cl