Hola qué tal soy gorda.

Como bien sabemos, ser gorda no me hace menos válida en ningún ámbito de mi vida. Gorda es una palabra que define una parte de mí, de la misma manera que me definen las palabras rubia, simpática, testaruda o disfrutona.

No sé vosotras, pero a veces me resulta casi gracioso cómo las personas evitan decir la palabra gorda a toda costa cuando están en mi presencia.

Acaban utilizando términos como: grande, pochola o gruesa. Incluso, en vez de decir gorda y dejarse de gilipolleces prefieren hacer gestos rarunos con los brazos para simular una persona gorda. Pero vamos a ver ¿Qué somos? ¿Mimos?

¿Pero qué tipo de tara tenéis? ¿Por qué la palabra gorda está tan demonizada?

He oído en mil ocasiones palabras como gilipollas, anormal, imbécil, tonto, zorra y mil cosas más. Pero luego, cuando se trata de decir gorda, parece que se nos cortocircuita el cerebro. Yo alucino.

Imagínate por un momento que todos los adjetivos físicos estuvieran tan mal vistos ¿Cómo haríamos para referirnos a una persona o describir un objeto ¡Menudo espectáculo más triste!

Señoras, que soy gorda, no de porcelana.

He oído la palabra gorda toda mi vida y a estas alturas de la película todos sabemos que utilizar gorda como un insulto debería causar el mismo efecto que utilizar la palabra rubia como insulto: risa.

Yo voto por normalizar el uso de la palabra gorda. Y mira que es una palabra jodida, porque de pequeña me han gritado gorda mil veces. Pero al final del día no podemos dar tanto valor a un simple adjetivo.

La palabra gorda tiene un efecto tan dañino porque somos nosotros quienes permitimos que lo tenga, porque evitamos a toda costa utilizar esa palabra, porque la tratamos como si se nos fuera a aparecer un demonio obeso cada vez que la dijéramos, porque permitimos que nuestro entorno la utilice como un insulto y reaccionamos ante ella como reaccionamos ante un insulto.

Este es un discurso que lo he soltado un montón de veces para que la gente se quede tranquila. Porque no hay nada más violento que alguien utilice la palabra gorda y de repente, todos te miren fijamente preocupados. Vamos a ver señores, que a veces parecemos más tontos que una ameba.

Cuando se dan este tipo de situaciones intento imaginarme que pasa en la cabeza de la peña y siempre pienso que debe ser algo parecido a «Ostras ha dicho gorda y aquí hay una gorda, madre mía, va a explotar el mundo»

¿En serio a esta peña se le permite conducir legalmente?

Lo que realmente mola y les deja totalmente hundidos es cuando una gorda se pone a hablar y utiliza la palabra gorda. ¿Lo has probado alguna vez? ¡Hazlo! Te sentirás como Raúl Cimas por unos minutos.

Vale va, que estoy exagerando, pero expuesto así y desde mi lógica ¿No te parece una gilipollez? ¿Por qué tanto drama para utilizar la palabra gorda?

¡Yo utilizo la palabra corta en presencia de mi ex y nadie le mira al paquete con preocupación!

 

Anónimo