Soy la única soltera del grupo y mis amigas no paran de presionarme para que me case

 

Mis amigas y yo salimos juntas desde el colegio. Somos un grupo de chicas de la misma edad, que hemos compartido alegrías y desgracias durante muchos años. Hemos salido de fiesta, hemos tomado el ‘brunch’, hemos hecho excursiones, hemos viajado juntas y también hemos estado ahí en los peores momentos.

Poco a poco, los años han ido pasando y nuestras vidas cada vez se han ido formalizando más. Primero terminamos nuestras carreras, comenzamos a trabajar, y poco a poco todas hemos tenido pareja estable con quienes llevamos bastantes años. Muchas veces quedamos en grupo haciendo planes todos juntos.

Comenzaron a casarse, y ha dado la casualidad de que exactamente cada año, se ha casado una de las parejas del grupo. Cada vez que alguien se casaba, siempre estaba la pregunta de quien sería la del año siguiente. Estamos en el momento en el que ya se han casado todas, todo el mundo espera que el próximo año me case yo. Los comentarios son constantes, pues recibimos tanto mi pareja como yo comentarios todas las veces que nos vemos.

soltera

Yo estoy empezando a estar un poco sensible e incómoda con el tema porque los comentarios que recibo ya son demasiados, tanto por parte de este grupo como de otros entornos. Soy atea, por lo que por la parte religiosa el matrimonio para mí no tiene el mismo significado que puede tener para otras de mis amigas, y aparte nunca me he sentido identificada con la idea de vestirme de blanco, o con organizar una super fiesta a la que acudan todos nuestros familiares cercanos y amigos, pues me parece un despilfarro de dinero, en el que además parece que obligas a los invitados a pagar un cubierto que no han elegido.

El último día que nos vimos yo ya sabía que iba a volver a salir el tema, aunque ya está derivando a “tranquilos, si solo os insistimos porque estamos deseando que nos inviten a una fiesta”. Mis amigas empezaron a enseñarse entre sí sus anillos, alguna llevaba puesto el de pedida, otras el de casada, y entonces una de mis amigas me dijo “bueno, ya va siendo hora de que te pongan un anillo a ti”. Yo, a la defensiva que ya estaba, le contesté mal, pues estoy muy harta de que me insistan con este tema.

Total, que mi amiga se tomó mal mi contestación. Y me vino a decir que lo de casarme no era ninguna sugerencia ni opinión, sino que era una orden. Que yo tenía que casarme, y que yo era una inconsciente porque era una locura tener pareja y no casarse. Me empezó a dar mil razones por las que yo soy una inconsciente como todas las desgracias que me iban a ocurrir. Como que iba a tener un cáncer y a mí pareja no le darían los días en el trabajo para acompañarme al hospital, o como todo el dinero que iba a pagar de más en la declaración de la renta.

A todo esto, yo no tengo ningún inconveniente como tal en casarme en una boda a mi manera. Pero creo que cada cual es conocedor y dueño de su vida, cada persona lleva un ritmo, y sabe qué es lo mejor para ella en cada momento. Aparte me ha molestado mucho que me tachen de inconsciente, cuando dentro del mismo grupo otras de nuestras amigas han tenido hijos, hipotecas en común, u otros factores donde ya hay que mirar el matrimonio desde un aspecto más legal para analizar qué es lo mejor, y nunca se les ha sugerido nada sobre casarse (lo cual me parece estupendo, porque así es como debería ser), por lo cual tampoco entiendo por qué esta obsesión solamente conmigo.

soltera

Vivimos en una sociedad en la que parece que si no haces las cosas como todos los demás tienes que dar explicaciones constantes y someterte a la opinión diaria de la gente, lo cual presiona aún más. Aparte de que cada cual es libre de hacer lo que quiera. También existen situaciones en las que esas personas no puedan o haya algún otro factor. En cualquier caso, presionando a una persona por ello nos estamos metiendo donde no nos llaman.

En mi caso, actualmente me encuentro en un momento emocionalmente difícil, pues estoy sufriendo episodios de ansiedad. Lo que me hace sentir bien es tomarme las cosas con tranquilidad e ir poco a poco, a mi ritmo. Pues si junto muchos cambios u obligaciones en un breve periodo de tiempo, vuelvo a sufrir ataques. Siento que vivo a un ritmo muy acelerado, y los cambios o eventos importantes en mi vida me sobre estimulan y no soy capaz de gestionarlos, por lo que tengo que saber dosificarlos y marcar mis tiempos siempre que estén en mi mano.

Mucho antes de sufrir ansiedad, yo ya tenía la misma opinión sobre el matrimonio, que ya expresaba a mis amigas de la misma manera. Estoy segura de que ellas no son conscientes de cómo me hacen sentir con este comportamiento hacia mí.

Pero nadie debería decirte cuando tienes que casarte, ni por qué, ni con quien. Y aunque es cierto que cada vez somos todos más abiertos, aún queda mucho camino por recorrer.

 

Mérida