Mi nombre es Tamar (que no Tamara), tengo 27 años, soy arqueóloga, actualmente en paro, sumando trabajos cuando se puede, haciendo una Tesis y a punto (si me aceptan), de empezar el máster para profesorado de secundaria obligatoria. Como vengo de una familia humilde, mis estudios me los tuve que sacar becada o compaginando mis estudios con algún curro, soy además medio urbanita por lo que jamás me planteé sacarme el carné de conducir. Para estudiar en Barcelona no te hace falta coche.

Pero ahora, que no tengo curro ni sé donde acabaré currando, lo necesitaba y además me apetecía tener una cierta independencia de movilidad. Así que en diciembre me apunté a la autoescuela.

Se fueron sucediendo las clases teóricas, las dejé aparcadas unas semanas por un curro y cuando volví a full, el profe de la auto nos propuso hacer un intensivo, 10-15 días a tope de clases teóricas, siempre y cuando me comprometa a examinarme con una cierta prisa.

Pues ahí que fui yo, por que me conozco y sabía que si no me ponían una fecha exacta para el examen teórico lo iría alargando. Y aquí vino sin duda (y espero) uno de los peores momentos con el proceso de mi futuro carné de conducir… EL EXAMEN MÉDICO.

Sinceramente llegué a la única clínica que hay en mi pueblo para hacer el examen médico con bastante calma, se me apareció de camino a la clínica un pensamiento fugaz del palo “y si no me dejan conducir por gorda” y en ese mismo momento se me fue ese pensamiento imaginando y recogiendo en mi mente todas y cada una de las imágenes en las que había visto a una persona gorda conduciendo e incluso me consolé pensando que ese examen era un mero trámite para que vieran y validasen mi vista y mis reflejos.

Pero ese pensamiento fugaz tuvo razón, llegué a la clínica y después de pagar el examen entré en la consulta de un médico que me miró de arriba a abajo nada más entrar, me pidió que me sentara en una butaca alejada de él (inocente de mí pensaba que era solo para hacerme el examen de vista) y se produjo el siguiente diálogo (el de azul es el médico):

  • ¿Tamar? Ok, ¿cuándo te han dado de alta en el endocrino?
    • ¿Perdón? Solo he ido una vez al endocrino y fue por un problema hormonal
  • Entonces… ¿No haces dieta? ¿Ningún médico le ha dicho que no puede estar así de gorda? ¿Cuándo fue la última vez que se hizo un análisis? ¿NO VES QUE TIENES OBESIDAD MÓRBIDA?
    • (mi cara era un poema) El médico de cabecera me lo ha aconsejado alguna vez (lo de la dieta), pero jamás me ha dicho que estoy obligada a hacerla si no quiero porque mis análisis son siempre perfectos, ni me ha mandado al endocrino de nuevo, mi último análisis fue en mayo y salió todo bien.
  • Eso no me sirve, necesito un informe de tu médico de cabecera en el que ponga que no tienes una enfermedad que te impida conducir, puedes tener diabetes, eres un peligro ahora mismo.
    • ¿Cómo? No tengo nada
  • Bueno, quizás necesitas un asiento homologado a tu tamaño para conducir. Espera fuera a la siguiente prueba y tráeme el informe para que apruebe tu examen.

Me senté en la sala de espera con un gran estado de nervios, a punto de explotar, temblando y pensando que eso no podía haberme pasado en pleno siglo XXI. Entré a la siguiente prueba y la chica que me atendió (que además resultó ser psicóloga), me preguntó si me pasaba algo, se lo expliqué mientras hacía la prueba de manejo que salió perfecta y ante mi pregunta de ¿y ahora qué hago?, me dijo firmemente, haz caso al médico, no nos podemos arriesgar, quizá tienes diabetes o algún problema cardiovascular.

Os juro que (con mascarilla incluida), jamás he mirado tan atónita a alguien y con el hilo de voz que pude sacar le dije claro y fuerte, ¿perdona, pero el informe del médico de cabecera se lo pedís a todas las personas? ¿sabes que la diabetes o el colesterol lo puede tener cualquiera de los que está ahí fuera esperando el mismo informe que yo y que me estáis discriminado por gorda? Empezó a chillarme, diciéndome que de qué iba, que allí no discriminaban a nadie, que tenía razón en que cualquiera podría tener diabetes pero se escudó en que era una norma de la DGT y que lo ponía en el BOE.

Estaba flipando tanto que me llegué a creer por unos minutos que esa señora tenía razón y que habría alguna norma en la DGT que pusiera que a personas con X gordura le tenían que pedir algo más, pero enseguida me paré, me serené y me dije… ¡PERO SI NO SABEN LO QUE PESAS! Y además… ¿SI TIENES DIABETES NO DEBERÍAS PRESENTARLE UN ANÁLISIS EN VEZ DE UN INFORME DEL MÉDICO DE CABECERA? Y… ¿DE DÓNDE HA SACADO QUE LA TIENES?

Nada tenía puto sentido, fui a mi autoescuela a desahogarme, me tranquilizaron un montón, me dijeron que no me preocupara, que me guardaban mi plaza para el intensivo y me fui a casa un poco más serena pero con la duda de… ¿No podré hacer nada más?

Pues por desgracia no, aunque lo intenté, a la mañana siguiente y los siguientes días, no sé con cuánta gente distinta hablé de la DGT… ¡hasta con médicos de verdad! Y sí, abogadas también. Y todos coincidieron en lo mismo, lo que me acababa de pasar no era normal, pero por desgracia no tenía más remedio que pasar por el aro. Ese señor había enviado mis datos a la DGT, había puesto mi informe médico como “bloqueado a falta de un informe de un especialista”.

Así que por desgracia tuve que pasarme por mi centro de atención primaria habitual (asustada por si me ponían alguna pega, porque yo ya me estaba poniendo en lo peor), pedí el informe médico en el que constaran mis enfermedades impedidoras y a la semana siguiente me lo realizaron, sin pedirme que me hiciera un análisis de sangre ni nada extra.

Se lo fui a entregar al día siguiente al de la clínica privada del examen médico para el carné de conducir, estuve dentro de la consulta 30 segundos con ese “médico”, pero esta vez, era yo quien le miraba con superioridad moral, diciéndole con todos los poros de mi piel…

¡TE EQUIVOCASTE CON ESTA GORDA!

Y me fui, salí de esa clínica con mi examen médico aprobado, ya he subido a la teórica (ojalá apruebe) y también me he subido a algunos coches para comprobar que mi culo de 120kg sí que cabe.

Espero que mi historia os sirva y que si os pasa algo parecido a lo mío que tengáis una reacción más rápida que yo, interpongáis una queja y les dejéis con la boca cerrada a esa panda de gente que se hacen llamar médicos y que no tienen ni una pizca de humanidad. Spoiler: En ningún lado pone que por gorda necesitéis X papel, comprobado.

Tamar (@io_tamar)