Te mereces ese tipo de pasión que te remueve las entrañas, que te hace temblar, y no de miedo.

Te mereces ese tipo de amor que se apasione con tus alas, que te ayude a volar, y una vez arriba, vuele contigo. Te mereces un amor que te eleve al séptimo cielo y te sostenga sin dejarte caer. Y si hay que caer, que sea juntos.

Te mereces que te quieran hoy sí, y mañana también. Que el “solo a ratos” no esté en vuestro vocabulario. Un amor sin medias tientas, con toda la gama de colores. Un arcoíris multicromático. Que el blanco y negro sea solo para el filtro que pones a tus fotos en Instagram.

Te mereces ese tipo de pasión merecedora del Óscar a mejor película, un guion sin puntos y apartes, un guion sin agujeros. Un amor con banda sonora propia, de las que quieres escuchar en bucle. Sin interrupciones.

Te mereces unos labios que te consuman, que te coman de principio a fin, de arriba a bajo, desde fuera hacia dentro.

Te mereces ese tipo de pasión que te ahogue de felicidad, que te queme de calor, que te inunde de vida. Un auténtico fenómeno metereológico de los que abren telediarios, de los que todo el mundo habla.

Te mereces que te echen de menos cada milésima del segundo del día, que te piensen en lo bueno y en lo menos bueno.

chica corazon

Te mereces un arquitecto de sueños, un ingeniero de orgasmos, un catedrático en emociones. Un bombero de penas, un policía del miedo, un profesor de la vida. Te mereces un médico que cicatrice tus heridas, un enfermero que te inyecte felicidad.

Te mereces un amor sencillo, pero extraordinario. De los que no dejan lugar a duda, de los que te motivan a querer cada día más y mejor. De los que no te caben en el pecho, pero para los que siempre hay hueco.

Te mereces sonrisas, lágrimas. Que te estremezcan con un simple mensaje. Pero que incluso el silencio sea conmovedor.

Te mereces ese tipo de amor que te baja las estrellas, la luna, pero también las penas. Que te sube la autoestima, te sube al cielo. Sin escaleras, sin peajes, sin escalas.

Te mereces que te hablen de sueños, de promesas, de futuro. Te mereces facilitadores de felicidad.

Te mereces que tu realidad supere a la ficción; que todo fluya, y nada influya. Te mereces ese tipo de amor que siempre has soñado. Te mereces un amor con mayúsculas.

Y si todavía no lo has encontrado, recuerda que te lo mereces. El camino no será fácil, pero te aseguro que valdrá la pena.