Tengo mejores amigos online que en la vida real y no soy una pringada

 

Soy una firme convencida de que las personas nacemos con un carácter determinado y, por más que luchemos contra los rasgos de este que no nos gustan, no hay nada que hacer. Es como el color de ojos; si los tienes castaños, morirás con ellos castaños por mucho que te pases la vida usando lentillas. Pues si naces introvertido, introvertido serás hasta el fin de tus días. Al igual que con los ojos y las lentillas, podrás forzarte a ser diferente. Podrás luchar por ser menos tímido, o intentar ser más sociable. Pero esto requerirá siempre un esfuerzo y los resultados serán superficiales. Tú, en tu interior, seguirás siendo un introvertido que sufre para no serlo.

Al menos así es como lo siento yo. Comprendí muy jovencita que las cosas que a otros chavales les salían de forma natural, a mí me suponían una tortura.

Supongo que muchas me entenderán, lo que quiero decir es que siempre he sido muy tímida, cohibida, tranquila y solitaria. Unas ‘cualidades’ que dificultan bastante las relaciones sociales. En especial durante la etapa escolar y la adolescencia. No tengo ningún trauma ni me considero una persona diferente. Hay mucha gente como yo. Cosa que descubrí cuando, a los trece años, mis padres me compraron mi primer ordenador y me permitieron conectarme libremente a internet con él. Fue entonces cuando descubrí la existencia de una forma de relacionarme que no me hacía sudar frío ni tartamudear: los foros de internet.

 

Tengo mejores amigos online que en la vida real y no soy una pringada

 

Ante mí se abría todo un mundo de posibilidades, de ciberlugares en los que dar con gente que compartía mis intereses. Gente con la que podía hablar de cosas que no podía comentar con nadie en mi entorno sin riesgo a ser tachada de friki. Porque lo cierto era que amigas tenía dos y, aunque sabía que podía contar con ellas, la verdad era que, conforme habíamos ido creciendo, habíamos descubierto también que no teníamos aficiones en común. No me dejaron ni las dejé de lado en ningún momento, pero cada día que pasaba, el peso de las relaciones que iba haciendo en internet era mayor.

En la actualidad, a mis treinta y dos años, tengo mejores amigos online que en la vida real. Y no soy ninguna pringada. Soy una chica normal, con una vida normal y un perfil dentro de la media. Sigo siendo tímida y me sigue costando interactuar con otras personas, sin embargo, me manejo en sociedad como cualquiera. Todavía conservo esas dos amigas que hice siendo niña, pero también gran parte de las amistades que hice en los foros. Tengo amigos que viven en otros lugares de España y con los que hablo a diario. También tengo amigos con los que todavía mantenemos una amistad prácticamente epistolar, porque están tan lejos que la diferencia horaria no es compatible para comunicarnos de otro modo.

 

Tengo mejores amigos online que en la vida real y no soy una pringada

 

A algunos los he desvirtualizado, a algunos los veo una o dos veces al año y, a otros, nunca los he visto en persona. Pero todos y cada uno son parte de mi vida y no me la imagino sin ellos.

 

Aura

 

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