Tinder Sorpresa: Quedé con un tío que no tenía foto de perfil y esto fue lo que pasó

 

Venga, seamos sinceros, ¿qué pensarías de una persona cuya foto de perfil en Tinder es la de un niño pequeño? Así, a bote pronto, que muy agraciado no debe de ser. ¿Verdad?

Fue lo que yo pensé, desde luego. Vi ese chavalín de unos seis años posando en bañador y con esa sonrisa mellada y pensé ‘es feo, fijo’. Lo cual está lejos de ser un problema, yo misma soy del montón, en el mejor de los casos. Además de que lo que busco no es precisamente una cara bonita, sino, entre otras cosas, una buena persona.

Total, que me gustó su descripción, hicimos match y empezamos a hablar. Y seguimos hablando durante dos o tres semanas antes de que él me propusiera quedar. Yo se lo habría propuesto antes, pero no sé por qué preferí esperar a que saliera de él.

Tinder Sorpresa: Quedé con un tío que no tenía foto de perfil y esto fue lo que pasó
Foto de Tofroscom en Pexels

Llegó el día D y nosotros no habíamos llegado a intercambiar fotos ni nada, por lo que seguía sin saber cómo era físicamente. Viendo que no comentaba nada al respecto, no le pedí que me enviara una, solo le pregunté cómo iba a hacer para reconocerle. Me respondió que ya me reconocería él a mí. Hmmmm, qué injusto. No me molaba del todo eso de que él pudiera identificarme por mis fotos de Tinder y WhatsApp, y yo no. La insegura que habita en mí me susurró en el oído que él tenía la opción de marcharse si mi yo al completo no era de su agrado. Pero yo he venido a esta vida a jugar, así que allá que me fui de todos modos.

Como el buen desastre que soy, entré en la cervecería en la que habíamos quedado diez minutos pasada la hora. Emocionada y nerviosa al extremo. Porque a mí ese chico me daba muy buenas vibras, incluso sin saber cómo era.

 

Tinder Sorpresa: Quedé con un tío que no tenía foto de perfil y esto fue lo que pasó

 

Dentro del local había bastante gente, aunque solo había dos hombres no acompañados. Uno de unos cincuenta años en la barra, y uno de veintitantos en una de las mesas. Los descarté a ambos de inmediato. Al primero por la edad. Podría haber mentido, pero no cuadraba la voz ni la marca del bañador de su foto de perfil, observadora que es una… Al segundo porque era un cañonazo de tío, ese no podía ser. Así que me volví hacia la puerta, saqué el móvil y me dispuse a llamarlo. Estaba apretando el telefonito verde cuando sentí que alguien me tocaba el hombro. Me di la vuelta y, ¡sorpresa!, era el buenorro.

Se me quedó mirando todo sonriente y pensé que me iba a pedir el mechero o algo. Yo tenía el móvil pegado a la oreja y levanté el índice delante de su cara para indicarle que esperase porque iba a hablar. Él amplió la sonrisa, se sacó algo del bolsillo trasero del pantalón y me lo mostró justo cuando empezó a sonar el tono de llamada.

Tinder Sorpresa: Quedé con un tío que no tenía foto de perfil y esto fue lo que pasó
Foto de Sebastiaan Stam en Pexels

Toma sorpresa otra vez.

Mi chico misterioso no solo no es ni medio feo, es que es guapo hasta decir basta. De cuerpo, de cara y, encima, reversible. Porque, ahora lo sé, es igual de guapo por fuera que por dentro.

Tanto, que no pude evitar preguntarle, ya en esa primera cita, por qué leches no ponía una foto actual en su perfil. La respuesta me dejó un poco loca: Porque está harto de que las chicas le den like solo por ser guapo. Por eso llevaba un tiempo con aquella foto que no decía nada de su apariencia actual. Vaya, que a los tíos también les pasan esas cosas… Supongo que no debería sorprenderme, pero lo hizo.

 

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Y me gustó. Un montón. Y él ya me gustaba. Y me sigue gustando muchísimo. Ahora espero que a él le pase lo mismo, porque yo me estoy haciendo ilusiones, vislumbrando un futuro muy chulo y a punto de eliminar mi cuenta de Tinder.

 

La del montón

 

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