Chica conoce chico por Tinder.

Entablamos conversación, estamos toda la noche (más de 5 horas) sin parar hablando por la app y al día siguiente me despierto con un mensaje BRUTAL de él. Pienso que puede ser algo más que un polvo pero mi cabeza me dice que no me adelante a los acontecimientos. Él trabajaba en un hotel y su horario era un poco mierda, así que empiezo a tener más conversaciones nocturnas que diurnas, me quedo hasta las mil despierta y cuando suena el despertador quiero morir, pero siempre tengo un mensaje suyo: «Buenos días preciosidad, que no te dé mucho el sol por la calle que esa piel de porcelana se tiene que cuidar bien». Los mensajes variaban pero siempre hacía alusión a mi piel blanca.

Teníamos las agendas bastante apretadas pero un jueves llego a casa y me endiño yo sola media botella de vino que tenía en la nevera olvidada. Le escribo y le digo que si tiene un rato para vernos antes de entrar a trabajar. Me dice que en 15 minutos llega a mi barrio. En 15 minutos me da tiempo a depilarme, ducharme y medio peinarme. Voy al sitio acordado y ahí está. No tiene nada que ver al chico de las fotos, pero decido darle una oportunidad porque me hace reír bastante y tiene una conversación genial.

Sus dos besos son de los sonoros que te dejan baba en los mofletes, me incomoda bastante pero no me pongo tiquismiquis. Nos sentamos en un banco y empezamos a beber la cerveza que ha traído. La conversación se pone interesante cuando me confiesa que no solo trabaja en el hotel, que muchos fines de semana se dedica a su otro trabajo: probador de sillas. Me quedo muy loca pero sigo con mi intención de no juzgar. Le pregunto que me cuente un poco de qué va el tema y veo que el tipo es un loco de las sillas. Sabe de todo y me cuenta que se va por pueblos los fines de semana a probar sillas antiguas y que en su videoblog habla de ello.

A pesar de ese punto me parece un tío genial, es bastante mono y huele muy bien, pero mi chichi no está como una pandereta y decido que es mejor dejarlo ahí. Cuando llego a casa tengo ya un mensaje suyo «Me vuelves loco, eres preciosa, inteligente y he alucinado con tu piel, es muy blanca». OKEI. Le digo que gracias, que yo también me lo he pasado bien y que repetimos otro día.

Agarraos.

Seguimos hablando y me dice que tiene que confesarme algo, que le gusto bastante y que si vamos a seguir hablando considera justo decirme lo siguiente. Yo, acojonada, pienso que le gusta meter palos de silla por el culo o que le gusta lamer pieles blancas, pero no. Me pide que busque en google «Queen of Spades». Googleo y yo solo veo cartas, no entiendo nada. Pienso que me está vacilando pero insiste en que busque más.

Decido preguntar a un amigo y mi amigo me dice: HUYE.

AY LA HOSTIA LO QUE DESCUBRÍ. 

Queen of Spades
Typically a married white woman that enjoys sex with multiple(2 or more) well hung black males at a time, on a frequent basis. The woman is typically a swinger and engages in sex with the permission of her husband. The wife may maintain one or more steady lovers and refer them as her «boyfriend», «her bull» or that she is «black-owned». Frequently the husband and wife film the wife’s escapades for future enjoyment.

Traducción:

Mujer casada que se lo monta con 2 o más hombres de raza negra con rabos enormes. La mujer practica sexo con el consentimiento de su marido (o novio). La mujer tiene más de un amante y se refiere a ellos como «novios», «su toro» o que ella «pertenece a un negro». Con frecuencia el marido y la mujer graban las experiencias sexuales de esta para futuro entretenimiento.

RESUMIENDO: que a mi ligue le ponía ver cómo me metían hombres negros varios salamis de metro y medio por mis orificios mientras él miraba.

Una vez teniendo conocimiento de lo que significaba aquello volví a la conversación, le dije que ya sabía lo que era aquello y me preguntó que qué me parecía. Fui muy educada, le dije que no compartíamos los mismos gustos sexuales y que yo era más bien tradicional. El chico me dijo que lo comprendía, que estaba destinado a no tener una novia porque nadie le entendía y que lo único que podía hacer era seguir pajeándose imaginando «cómo me reventaba un negro».

Tarde 5 meses en volver a tener una cita. Ahora cuando juego al Póker veo las cartas de otra manera.

Queen of spades.