Todos tenemos la típica amiga que se convierte en una desconocida el día que trae por fin a un noviete formal a una quedada de la pandilla. El cambio en su actitud y sus maneras es tan acusado que te dan ganas de sacudirla por los hombros y preguntarle eso de ‘¿Quién eres tú y qué has hecho con mi amiga?’
¿No la tienes? Pues entonces eres tú.
No, en serio. Lo de esa amiga es un extremo de la cuerda, pero debemos admitir que la mayoría no actuamos igual cuando estamos solos que cuando estamos en pareja.
No es que no seamos nosotros mismos, es que lo que proyectamos es nuestro yo combinado con el de nuestro chico o chica.
Como si, por separado, uno fuera amarillo, el otro azul y, juntos, pues verde.
Venga, va, esta teoría de los colores la acabo de improvisar.
Lo que yo quería era mostraros aquí los siguientes tipos de parejas según su comportamiento en sociedad:
- LOS CUQUIS. Los cuquis son esos que los ves y piensas que son la pareja perfecta. Son cariñosos, pero sin resultar empalagosos. Tienen un estilo similar, una forma de hablar parecida. Jamás los has pillado en un renuncio, siempre están de acuerdo. Si cuando viene el camarero uno está en el baño, no pasa nada, pedirá el otro por los dos y acertará, fijo. Tienen algún tipo de conexión mágica gracias a la cual apenas necesitan hablar. Los metes en una máquina del tiempo, los llevas a Tu media naranja y lo petan.
- LOS VACILONES. No hay reunión en la que no se estén vacilando, soltando sobradas y convirtiéndose, por iniciativa propia, en el centro de todas las bromas y burlas. Aunque, normalmente, en este tipo de dúos hay un dominante y un dominado. Uno que hace las gracietas sobre el otro y uno que las aguanta estoicamente y sólo las devuelve muy de cuando en cuando. De cualquier forma, las del dominado suelen valer doble o triple y seguramente sea conocido por todos que el sonido de sus zascas llega hasta Pekín. Apostarías la bolsa y la vida a que en la intimidad del hogar tienen los roles intercambiados, pero nunca lo sabrás.
- LOS PRE-DIVORCIO. Si bien es cierto que algunas de estas parejas llevan veinte años al borde del divorcio y siguen aguantando. Es obvio que no se quieren separar (o ya deberían haberlo hecho), pero a veces cuesta creerlo porque se pasan la vida discutiendo con relativa vehemencia delante de cualquiera. Se cuestionan, se ponen en evidencia y se sacan los colores sin ningún tipo de pudor y de manera constante. Puede resultar muy violento para su público involuntario. Sin embargo, a ellos parece no hacerles pupa ninguna, ni a corto ni a medio ni a largo plazo.
- LOS PAPÁ Y MAMÁ. Desde que son padres tienen tantas cosas en la cabeza que han olvidado hasta el nombre del otro. Será por eso por lo que se llaman entre ellos mamá y papá. O papi y mami. Incluso cuando han dejado a sus retoños en casa de los abuelos y están de fiesta por ahí con los colegas. ‘Papá ¿me pides otra copaaaaaaaa?’. ‘Mami, voy tirando a por estos y ya nos vemos luego en el Amnesia’.
- LOS COMPAÑEROS DE PISO. Sabes que tienen una relación sentimental, o eso se supone. Pero no recuerdas la última vez que los has visto darse un beso, cogerse de la mano o hacerse cualquier otra muestra de cariño. Tampoco es que se lleven mal, es solo que, más que amor, parecen tener simple amistad. No obstante, si siguen juntos por algo será.
- LOS FOGOSOS. Son la antítesis de los compañeros de piso. Los fogosos se besan sin venir a cuento, caminan agarrados. Se sientan juntos y bien pegaditos, hacen manitas por debajo del mantel. Se saludan y despiden con un morreo de esos con los ojos cerrados y a tope de lengua, muy incómodo de presenciar. Son los únicos que chuscan cuando se van de casa rural con la pandilla, pase lo que pase. Y les gusta hacerlo saber.
¿Cómo lo ves? ¿Te reconoces en alguna de ellas?
¿Qué otros tipos añadirías?
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