A menudo la cirugía plástica es criticada por entenderse que fomenta la imposición de unos cánones de belleza inalcanzables para la mayoría de las personas. Pero más allá de los objetivos estéticos, lo cierto es que la cirugía plástica también puede resultar altamente beneficiosa en términos de salud. Hablamos entonces de las operaciones de cirugía estética reparadoras o funcionales.

Cada vez son más las personas que acuden a una clínica de cirugía estética en busca de ayuda para solucionar un problema de salud relacionado con el físico. Este es el propósito de la cirugía reparadora. También llamada cirugía reconstructiva, se trata de una disciplina que busca restaurar no sólo el aspecto físico de alguna parte del cuerpo del paciente, sino también su aspecto funcional cuando esta se ha visto dañada por una enfermedad o accidente.

Diferencias entre la cirugía estética y la cirugía reparadora

La cirugía plástica es una especialidad quirúrgica que engloba tanto la cirugía estética como la cirugía reparadora. Ambas ramas tienden a confundirse, ya que parten de un mismo punto en común: mejorar la apariencia física del paciente. Si bien, se diferencian en las causas que motivan esa mejora y en los objetivos que persigue.

La primera de ellas, mucho más conocida, tiene una finalidad únicamente estética y suele ser electiva. La cirugía estética pretende perfeccionar la apariencia física de alguna zona corporal con la que el paciente no se siente satisfecho, corrigiendo las proporciones, la simetría, la forma o el tamaño; y mejorando con ello su autoestima y, como consecuencia, su calidad de vida.

En cambio, la cirugía reparadora o reconstructiva, supera el trasfondo estético y se preocupa por recuperar, corregir o mejorar la funcionalidad de alguna estructura corporal. La cirugía reparadora no abandona la finalidad estética ni de bienestar del paciente, pero va un paso más allá y se preocupa por restaurar el funcionamiento de aquella parte del cuerpo que ha sufrido una anomalía o un daño.

De esta forma, la cirugía reparadora tiende a ser necesaria o al menos recomendable para el paciente, ya que, a pesar de que las operaciones están relacionadas con el aspecto físico, afectan directamente a su salud. Como consecuencia, estas operaciones también suelen estar cubiertas por la Seguridad Social o por aseguradoras.

Ejemplos de cirugía reparadora

Las operaciones de cirugía reconstructiva a menudo están dirigidas a corregir defectos o anomalías congénitas, así como a eliminar lesiones o secuelas provocadas por enfermedades, traumatismos, quemaduras u otro tipo de accidentes que ponen en jaque tanto la autoestima como la salud del paciente.

Dentro de este ámbito de la cirugía plástica destacan las operaciones de cirugía de reconstrucción mamaria para personas que han pasado por una mastectomía después de un cáncer de mama, de cirugía oncológica y restaurativa para casos de cáncer de piel, de cirugía de quemados para eliminar cicatrices, o de cirugía de la mano para remediar patologías como el síndrome del túnel carpiano.

A su vez, existen operaciones que comúnmente se realizan por motivos estéticos, como podrían ser una rinoplastia o una operación de pecho, pero que pueden considerarse ejemplos de cirugía reparadora y funcional cuando se deben a un problema respiratorio o se trata de reducciones mamarias para aliviar problemas de espalda.

En definitiva, los numerosos beneficios de la cirugía reparadora como rama de la cirugía plástica van mucho más allá de la apariencia y los cánones de belleza. Gracias a estas operaciones encaminadas a recuperar la funcionalidad de las zonas del cuerpo dañadas por enfermedades o accidentes, los pacientes pueden disfrutar de una mejor calidad de vida.