Vale, por el título diréis que vaya tontería y bueno, lo es, lo reconozco, pero la verdad es que quiero compartir esto con alguien.
Veréis, nosotros somos muy frikis, no frikis de los que juegan al Pokémon go y han visto los vengadores, hablo de frikis de verdad, de los que vamos a eventos disfrazados, se metían con nosotros en el instituto por ser frikis (allá por los 2000, que nostalgia), tenemos posters y peluches de Ghibli decorando el salón, vamos, para que os hagáis una idea.
Bien, durante la adolescencia, antes de conocernos, yo me dedicaba a leer y a jugar a videojuegos y él quedaba con los amigos para jugar a rol (de mesa y en vivo) y aprendía a tocar la guitarra. Tenemos muchas cosas en común que hacemos juntos, ver anime y películas de súper héroes, juegos de mesa… por ejemplo, sin embargo, a él no le gustan los videojuegos (y básicamente es el único de nuestros amigos a quien no le gustan), yo sé que es una tontería, solo es una cosa que no compartimos, pero me da mucha pena engancharme a un videojuego (cosa que no es difícil) y que no esté jugando conmigo, también que yo sea a la única que le interese comprar juegos nuevos (cuando vamos al game, yo me tiro un buen rato viendo los juegos de segunda mano y el se va a mirar los cómics).
Quizás es que estoy acostumbrada a jugar siempre con mi hermano (desde que éramos pequeños, con la megadrive), jugar en pareja o grupo contra otros y más ahora con todo el confinamiento. Algunas veces juego con nuestros amigos mientras él se va a otro cuarto a tocar la guitarra y me resultaría más divertido si se uniera a nosotros.
Entiendo que es una tontería porque son sus gustos y no hay más que hablar, pero a veces me gustaría compartir un juego juntos.
Gracias por leerme hasta aquí, con mis desvaríos de millenial friki