Desde el principio fue una bomba de relojería esperando el momento para detonar. Y explotó, vaya que si lo hizo… Y nos hirió a los 2.

Nuestra historia tiene muchos años y se ha mantenido viva gracias a la obsesión, la indecisión y la incertidumbre… Pero nunca el amor. Desde el minuto en que nos conocimos, algo nació entre nosotros. El timing siempre jugó a nuestra contra y si algo quería crecer nunca lo dejábamos. Unas veces lo matabas tu, otras era yo.. Esos sentimientos eran trasparentes para nosotros. Saber que había algo pero nunca jamás admitirlo. Nunca bajar las defensas, nunca vernos como algo más que amigos.

Pero el tiempo pasó y ese sentimiento seguía ahí, resistiendose a morir del todo. Molestándonos, irritandonos. Tener pareja en ese momento, era la salvaguarda y a la vez el juez que nos decía que pensar en ello estaba mal y sin embargo, tras años vacilando, tonteando, dejándonos llevar… Solos por fin, nos tiramos al vacío juntos…No espera, eso no fue así. Sería más correcto decir que miramos al precipicio ante nosotros, agarrados de la mano, con cuerda y paracaídas..Y nos dimos la vuelta para volver a casa.

Lo nuestro nunca fue. Tu mismo lo dijiste: «Nos falta un salto de fe» Somos ese rompecabezas que parece que encaja pero solo si lo aprietas…Luego descubres que esa pieza no era la correcta.
¿La bomba que comentaba al principio? Creó un incendio, nunca se apagó. Las ascuas se mantuvieron años.. Yo le echaba agua y no se iban. Tu las sofocabas y volvían a prender. Nuestro fuego nunca se iba del todo y nos quemamos tanto que al final lo dejamos estar mientras nos hacía daño. Y todo por una relación que nunca llegó a ser nada.

Te echo de menos, o quizá echo de menos como me hacías sentir. Sé que no te quiero. Sé lo que es el amor de verdad y sé que no es eso lo que siento por ti. Sé que nunca estaremos juntos y que lo mejor que puedo hacer es olvidar ese fuego, ni siquiera echarle agua…No merece la pena. Simplemente hacer como que no está ahí y esperar a que muera. Tu vas un paso por delante y me alegro con cierta amargura de que me lleves esa ventaja. Pero es lo mejor para ambos. Posiblemente yo sea la única que piense tan profundamente en esto, tú, como siempre me decías…eres mucho más simple.

Quizá en otra vida te hubiera podido abrazar, te hubieras dejado querer y yo me hubiera dejado amar… Pero no en esta. El único destino que nos espera, si es que tal cosa existe, son caminos bifurcados, quizá paralelos, pero nunca con un final común. Y menos, uno fácil y feliz.

Ojalá encuentres alguien que te quiera bien. No soy yo.