Hola a todas, soy seguidora y participante activa de este foro, suelo aportar mi visión y ayuda sobretodo a aquellas mujeres que están dudando si están en una relación tóxica y cómo pueden salir de ahí, pues yo también lo viví durante tres años. Hoy quiero contar mi historia a tiempo pasado y sobretodo compartir cómo estoy ahora tras salir de ella, para confirmar así que se puede salir y que se puede estar bien.
Es una historia sobre el primer amor, el de verano, la idealización del amor y la adolescencia… Un amor a distancia, tlf, sms, Messenger, labia, mucha labia, y una mente débil y poco formada como la mía que cae a la primera cuando alguien te dice «eres el amor de mi vida». Bien pues esa historia se alargó más de lo que debería haber durado, obviamente por la distancia no era una relación amorosa real de fidelidad y esas cosas al principio, yo tuve mis aventuras y mi experimentación mientras tanto, pero al tiempo con un poco más de uso de razón, llegó el verano que fue «nuestro verano» y a raíz de ahí decidimos comenzar algo serio con apenas 20 años, porque… Es el amor de tu adolescencia, sientes cosas fuertes y why not? La distancia es bonita, no te conoces realmente y todo es echarse de menos, decirse cosas bonitas y ansiar el día que os veréis y pasarlo bien cuando pasa.. Y que más da que no tengáis nada en común? Tenéis 20 años, os gusta salir de fiesta, la buena comida, cine actual y socializar, hay algo más? Si apenas se conoce una a si misma por esa época, que esperas de otra persona? Buen trato, amor y pasarlo bien, estar agusto no?
Por aquel entonces todo tu entorno está igual de en la parra que tú, y te confirman «ay como te mira» «que enamorados estáis»… Y tú en tu pompa feliz, así que todo muy bonito el primer año, el calificado psicológicamente como «la luna de miel», digamos que es el periodo en el que el maltratador te atrapa en su red y por ninguna circunstancia muestra su cara real, porque si te das cuenta a tiempo de cómo es puedes estar a tiempo de escapar.
Los dos años siguientes fueron un tormento detrás de otro, ya sin distancia por medio, ya viviendo juntos, fue cuando me vi dentro de una relación machista, que desde mi mentalidad libre era impensable entonces pensar que pudiera acabar dentro de una relación así alguien como yo, pero ya estaba dentro y era muy joven.
Me tocó vivir mierdas como que cojiese mi móvil o mis redes sociales, espantando a amigos que me hablaban, me ridiculizada, me menospreciaba, cuando me cabreaba yo con él por detalles malos que tenía conmigo me decía «tú lo que quieres es estar con un tonto», «a ti no hay quien te aguante, solo yo» alguna vez incluso de «broma» por haberme metido con él y haberlo ridiculizado yo me ha terminado ahogando con un cojín en mi cara, y luego se reía diciendo que era broma y que por qué lloraba, obviamente cuando alguien te dobla en fuerza, sabes que estás indefensa, y su sentido del humor comenzaba a darme miedo.
Otra vez en «broma» me levantó y sacó medio cuerpo por la ventana, estando simplemente sujeta por sus brazos y con un piso de distancia hasta el suelo, y acabar de nuevo llorando por la ansiedad mientras él se reía llamándome exagerada, otra me lanzó un destornillador a la cara… Y con este tipo de gestos, como cabrearse y pegarle a cosas con objetos contundentes, aunque no me pusiese nunca la mano encima, yo ya sabía lo que había, y el terror a dejarlo entonces era cada vez mayor. (Insisto en que solo con menospreciar o controlar ya es maltrato psicologico y hay que salir de ahí)
Es cuando te planteas que es mejor no hacerlo enfadar, tragar, quedarte a su lado porque mientras hagas por estar bien todo está bien y si dices de salir de ahí sabes la que se puede liar, no te lo ha dicho, pero lo sabes. Pero ya empiezas a sentirte cada vez más acorralada, es entonces cuando te das cuenta de que encima te engaña :) ahí sientes que tienes la sartén por el mango y es tu momento de justicia y ya sabes cómo salir de ahí, pero no, él niega todo, él llora, tu estás loca, él nunca te haría eso.. ya sabéis… Y el bucle se repetirá una y otra vez, hasta que estás tan desgastada que empiezas a mirar las vías del metro con deseo, la salida más fácil. Por suerte siempre he tenido mucho valor y personas alrededor geniales, y no era mi salida, pero la sensación se me ha quedado grabada a fuego.
Bien, finalmente decidí la posición «cómoda» de seguir con él a cierta distancia, por mis estudios, pero cada vez evitaba el contacto abusivo con él, de forma natural, yo mantenía el engaño de la compostura «queriéndolo» hablando con él, viéndonos de fin de semana, gradualmente yo me iba apartando, pero seguía siendo suya ojo. En este caso es cierto que me dejó salir de la convivencia común pues él no podía mantenerlo y no trabajaba y yo tenía que seguir con mis estudios y yo compartía piso, por lo que no estaba sola.
Solo una fuerza me arrancó de ahí, por desgracia no fui yo sola, yo me dejaba vencer siempre por su chantaje emocional cada vez que intentaba dejarlo, incluso confesandole directamente que ya no le quería, me tocaba aguantar sus «cambiaré», «todo será como al principio», «que va a pasar con nosotros y nuestras ilusiones de familia?» «Nos merecemos otra oportunidad» sinceramente cuesta menos ceder, que aguantar el acoso y derribo que conllevaba dejarle..
Lo que me sacó de ahí fue conocer a otra persona, duró un suspiro, pero fue lo suficiente para sentir la fuerza de plantarme y decir no es no, yo merezco más, yo puedo salir de esta y está no va a ser mi vida. Obviamente nunca le dije que era por otro, porque no lo era, yo ya no lo quería, solo necesitaba fuerza y decisión.
Ahí llegó la papeleta, al dejarlo y no dar vía de arreglarlo, ni ceder a sus chantajes emocionales empezaron 8 meses de acoso, telefónico, domiciliar, por internet, a mis amigos, intentos de suicidio, amenazas, intentó cortarse las venas delante de mí… Al principio intentaba ser cordial con él, dándole mi apoyo y escucha, pero los maltratadores aprovechan cualquier indicio de interés para llevarte de nuevo a su terreno de tortura emocional, hacerte sentir mal por lo mal que se lo estás haciendo pasar y que si se suicida es por tu culpa.
Con su actitud de acoso decidí cortar por lo sano de primeras y bloquearlo de todas partes, pero siempre se buscaba la forma de dar conmigo, al final terminé denunciándolo, solo lo hizo frenar los 8 meses de acoso que yo ya llevaba evitándolo, incluso cambié de ciudad porque no me sentía segura, volví a mi ciudad. Empecé de cero con la gente que me quería bien y que me hacía sentir bien, y que me escuchó todas las veces que necesitaba contar mí infierno. Siempre he tenido mucha gente alrededor, nunca hay que perder de vista a a la familia ni amigos, ahí estaban para sacarme y hacerme pasar bien el tiempo sintiéndome querida.
Mientras tanto de vez en cuando al tiempo volvía a tener algún perfil nuevo suyo agregándome a redes, aunque mi perfil fuese con otro nombre y megaprivado, se las ingeniaba. Mi respuesta bloquear, bloquear y bloquear. También cambié de teléfono, al final consiguió mi nuevo número, pero no me da la gana volver a cambiar de número, ya cambié bastantes cosas, así que lo tengo bloqueado, y no suelo coger números desconocidos nunca. En navidad siempre me llaman números nuevos que coinciden con su prefijo o luego descubro que es algún familiar suyo ( por foto de WhatsApp) y con esto os digo que han pasado 5 años desde que lo dejé.
Aunque sea así, la vida sigue, y soy feliz, puse una barrera en la que determiné que ya no era de su posesión, hace no mucho después de todo esto me lo crucé y no fue ni capaz de mirarme, yo temía ese día, pero me di cuenta entonces que solo se viene arriba acosando desde la distancia cuando le dan sus bajones.
Ahora tengo una relación amorosa desde hace algunos años que ni pedida de encargo, una pareja que me adora y lo adoro, educado, divertido, culto, justo, amable… y me hace sentir bien, muy bien, y de esa forma yo me desvivo por hacerle sentir igual, una relación idealizada y sana de esas que yo ni aspiraba, porque pensaba que no existían, que eran una utopía o marketing empresarial para que te enamores. Pero me ha tocado, la vida me ha compensado y sólo puedo agradecerlo, no sé cuánto durará, pero al menos he aprendido que lo que está bien es posible, que muchas veces nos conformamos porque miramos a nuestro alrededor y «en todas las casas se cuecen habas» y normalizamos la situación, pero no, cuando dejamos de sentirnos bien no debemos aguantar lo que nos echen, porque va a más, si sabemos que no son buenas personas y nos están tratando mal, controlando o engañando, no debemos perdonar, amar no es aguantar, no es compensar, ni tener que perdonar todo… Y hay mucha vida después de salir de una relación así, y lo aprecias todo mucho más, veréis lo que habéis crecido cuando lo veáis desde fuera, y lo más importante dudo que volváis a caer en algo así, ya no pasais ni la media primera y salís a tiempo. Mucho ánimo!
Perdonad todo el discurso, pero considero importante resaltar todo lo que he contado para que se entienda lo que quiero compartir, y creo que quien necesite ayuda lo leerá. Me ha costado muchos años abrirme a contar esta historia, hoy lo hago para ayudar a quien le pueda llegar, gracias a este maravilloso foro de sororidad.
Gracias.