Lo hemos leído aquí y estamos horrorizadas:
La niña llegó a casa diciendo que había comido con una amiga, algo que enfureció a su progenitor- La Vanguardia
Un padre ha sido condenado por la Audiencia de Pontevedra por “forzar” a su hija a comer “grandes cantidades de comida” a pesar de que la niña le decía que ya había comido y mientras le gritaba y llamaba “gorda y guarra”. El auto le impone un delito de coacciones por el que deberá pagar 150 euros.
Los hechos sucedieron en agosto de 2016 cuando la menor estaba de visita en casa del padre junto con su hermano, de 11 años, y la abuela paterna. La menor llegó al domicilio familiar diciendo que no quería cenar porque había comido en casa de una amiga y no tenía hambre. El padre reaccionó “enfadado por los malos hábitos alimenticios” de la chica y optó por “hacerle comer mucha comida, según reza el auto.
El padre le obligó a comer hasta que él dijera que parase. La menor tuvo que comer varios bocadillos, “ensalada, oreja y queso”. La intención del padre era, según apunta el escrito judicial, “obligarla a comer una cantidad importante de comida”.
La escena fue tan tensa que el padre habría proferido entre gritos insultos como “gorda y guarra” a la menor. Ante tal situación, el hermano habría alertado a la madre que, a su vez, aviso a la policía, que se personó en el domicilio. La niña fue trasladada al hospital con un cuadro de ansiedad.