Hola gente del mundo. Últimamente, tengo una comida de coco encima que no hay quién me la quite. Os explico un poco para poneros en situación.
Tengo 24 años y justo un mes antes del confinamiento lo dejé con mi novio con el que llevaba 3 años saliendo. La ruptura no fue muy dolorosa ya que la magia ya se había acabado. Hasta ahí todo bien. Pasé un verano de soltera de puta madre pero a finales de este, a través de una red social empecé a hablar con un hombre que tiene 45 años (yo tengo 24), muy bien llevados la verdad.
Al principio solo hablábamos por las risas, por aburrimiento y cuando las restricciones por el coronavirus se hicieron más severas empezamos a hablar más y llegamos a quedar para tomas un café un día. Todo totalmente normal, es un hombre respetuoso que jamás me ha insinuado nada obsceno.
El problema es que lo que empezó como una tontería y un juego está yendo a más, y los dos sabemos que hay química y que nos gustamos y que en el fondo nos morimos de ganas de por lo menos echar un buen polvo, hablando claro, aunque quizás eso nos lleve a querer más. Eso es lo que más temo, que queramos más aún y sabiendo que sería imposible que algo así funcionase. No se si todo esto suena a muy locura, pero necesitaba contarlo y que alguien me diera una opinión.