Sabéis de esto que llevas semanas hablando con un tío (que has conocido en una app) y hay mogollón de feeling y cerdeo pero vuestras agendas no cuadran? Pues eso me pasó a mi con este chaval. Tenía yo ya el coño a la pantoja de tanto tocarme con nuestras conversaciones guarras, pero nos costó quedar en persona la friolera de 2 meses.
Cuando por fin llegó el día nos ahorramos la caña y quedamos directamente en su casa. Al vernos el feeling fue igual que por teléfono, y pasamos de una conversación de 10 minutos a meternos mano en su sofá. AL FIIIIIIIIIIn. Cuanto había soñado con ese momento, empótrame por dios santo.
Pues bien, iba por fin a metérmela cuando empieza a sonarle el móvil. Al principio no hace caso, pero al ver que insisten y ver que es su padre me pide perdón y lo coge.
Lo siguiente que sé es que está llorando como un bebé y susurrando: abuela….abuela. Intuyo que le han dicho que se ha muerto, pero a mi no me dice nada, solo llora. Le digo si necesita algo, y me dice que me vaya.
En vez de una buena empotrada me llevé una llorada. Pero lo mejor es que cuando un par de días más tarde le escribí para ver cómo estaba me dijo que mejor gracias, pero que preferiría no repetir porque yo siempre sería la persona que le recordaría la muerte de su abuela.
VENGA HASTA LUEGO