Al pobre le ha dejado la novieta, es un niño de 24 añitos y más bueno que el pan, lleva una semana deambulando por la ofi como alma en pena y nos da una cosa verle.
Pero es que se me ha pegado a lo koala y ayer a la hora de la comida se vino conmigo al H&M y esperó a que me probara los vaqueros de 12 pavos de las segundas rebajas, flipante.
Se pasa horas y horas dando vueltas al mismo tema sin parar, la que le espera al pobre. Su churri se acaba de venir a estudiar a Madrid y ha descubierto un mundo nuevo y el pobre becario de informática no entra en esos planes, la lista le ha pedido tiempo y espacio y esto huele mal.
El resto de los compañeros y amigos están hasta las pelotas de sus lamentos y van a acabar discutiendo, y yo voy al límite, que me ha adjudicado el cargo de psicóloga permanente y ya me cuesta no mandarlo a la mierda. La mala de la ofi dice que le abramos un canal de You Tube y a petarlo porque da para ello.
Es que no para, por el chat, viene a mi sitio, la hora de la comida, la del desayuno, me ha pedido mi móvil, estoy escurriendo el bulto para no darselo que ya estoy viendo sus mensajes de estoy de bajón a las tres de la mañana y no.
Espero que esto no dure mucho porque vamos a acabar todos a pastillas por su culpa, el chico lo está pasando fatal, pero su machaque es insoportable. Miedo nos da cada vez que pasa y se acerca porque nos cae la chapa y da igual lo que le digamos, el va en bucle.
Cómo haría para decirle que o me deja respirar o le dejo tambien yo a él como amigos