Hola chicas,
Soy la autora de dos posts anteriores publicados hace una o dos semanas en «Celos e Infidelidad» (Embarazada y engañada) y en «Depersión/Ansiedad» (Embarazada y pensando en el suicidio).
Vengo a contaros todo lo ocurrido desde entonces, que son demasiadas cosas.
Para las que no hayáis leído los posts anteriores, hago resumen rápido: por casualidad me enteré que mi novio se había visto con su ex, poniéndome la excusa de ir a hacer un trabajo (es fontanero). Yo estaba embarazada de 35 semanas al momento de enterarme, y me había venido a pasar las últimas semanas de embarazo a casa de mi padres y así dar a luz en mi comunidad autónoma de origen, mientras él continuaba trabajando en Madrid. Pero esto no fue lo peor comparado con lo que ha venido después…
Para empezar, el pasado miércoles tuve cita con una psicóloga para poderme desahogar y plantear la situación a alguien ajeno a mi entorno, ya que una de mis preocupaciones es que mi gente juzgase a mi pareja y le cogiesen manía aún si yo decidía continuar adelante con mi relación.
El mismo día que yo tenía cita con la psicóloga, supe que él iba a ver a una mujer con la cuál ya había quedado en una ocasión anterior y cuya relación no me hacía mucha gracia (es largo de contar, pero básicamente no la conocía y quería quedarse a dormir en casa de ella, cosa que en su momento le dije que no me parecía normal). Esta mujer tiene 50 años y es, además, psicóloga. Nosotros tenemos 31 (él) y 33 (yo).
Pasé toda la noche en vela, con la ansiedad por las nubes, sabiendo que estaba en casa de ella y que se quedaría allí hasta la mañana siguiente, porque él no tiene carnet de conducir y no hay buses de vuelta de madrugada. Lo peor fue que esa misma noche me contestó a un Whatsapp pidiéndome disculpas por no haber contestado antes, ya que según él se fue a pasear por el campo (mentira, estaba yendo a casa de ella), y me envió un video de los gatos grabado la noche anterior, fingiendo que estaba en casa y que era de esa misma noche. A la mañana siguiente me llamó desde la estación de buses cuando llegó, diciéndome que había madrugado para ir al mercado.
Tonta de mí, cuando vi que estaba con ella pensé que me lo contaría al día siguiente. Pero no, fue mentira tras mentira, fingiendo haberse ido de paseo o estar en casa para engañarme. Eso fue lo que más me dolió.
Imaginaos, con cada nueva mentira me quería morir. Me sentía de nuevo incapaz de comer, de cuidarme, y en definitiva no me sentía capaz de cuidar correctamente mi embarazo. Siguiendo vuestro consejo llamé al teléfono de la esperanza, pero tenía que hablar casi en susurros porque estoy en casa de mis padres, y la persona del otro lado apenas me oía, además que no me estaba sirviendo de mucha ayuda. Así que colgué.
Al cabo de unas horas, sin haber comido, y sin saber cómo gestionar todo esto, rompí aguas a las 36 semanas de embarazo. Hice de tripas corazón, le avisé para que viniese, y le compré un billete de tren para que pudiese llegar a tiempo para ver nacer a su hija.
Estuvo conmigo durante el parto, y en esos momentos mi prioridad era centrarme en dar a luz a mi hija, así que no le dije nada de lo que sabía. No era el momento.
Él me daba la mano, y yo me aferraba a ella, intentando olvidar todo el infierno que tenía en mi mente y estar bien. Tuve que empezar a empujar antes de tiempo, porque a la niña le empezó a bajar la frecuencia cardiaca con las contracciones. La anestesia que me pusieron fue bastante alta (el anestesista algo inexperto, me pinchó varias veces y tardó en ponerme el catateter porque me había hecho sangre y tenía que limpiarme bien), no sentía las piernas, no sentía las contracciones, y no sentía dónde empujar cuando tenía que empujar. Finalmente me hicieron una episiotomía bastante grande y di a luz a mi niña.
Al ser prematura, nació con distrés respiratorio, y después de apenas unos minutos sobre mi pecho se la tuvieron que llevar a la UCI, donde sigue ingresada aún a día de hoy (ocho días después). La buena noticia es que ya lleva dos días sin necesitar respirador, el color de su piel se va normalizando (estaba amarilla), y está bien de peso aunque nació muy pequeñita (2,5kg). Así que en unos días la tendré conmigo en casa.
Anoche mi novio se tuvo que volver de nuevo a Madrid para trabajar (se podría haber quedado al estar la niña ingresada, pero es largo de explicar el lío que tiene con su empresa) y en dos semanas estará de nuevo de vuelta. Antes de que se fuese le pedí hablar. Le planteé toda la situación, y el cómo me sentía. Que llevaba meses tratándome mal, que estaba muy borde conmigo, que ya apenas me hablaba, y que necesitaba saber qué le llevaba a actuar así. Una vez me lo explicó (que se siente solo, básicamente) le dije que sabía que me había engañado.
Al principio me lo negó, pero le pedí que no lo hiciese, que yo lo sabía todo y que necesitaba que fuera honesto conmigo y me lo contase para poderle perdonar. Que le perdonaba, pero que necesitaba oírselo.
Él quería saber lo que yo sabía, pero me negué. Insistí de nuevo en que me lo contase él. Y medio sonsacándole conseguí que me admitiese que pasó la noche en casa de esa mujer, y que estando borrachos se liaron. Según él, fue solo un morreo y la apartó. Pero tengo tantas dudas…
La excusa que tuvo para quedar con ella es que es psicóloga y quería quedar con alguien que le ayudase a poner en orden sus pensamientos y hablar de su relación conmigo porque no estamos bien. Me dijo que ella sí que estaba al corriente de mi existencia y de mi avanzado estado de embarazo.
Después de la conversación le dije que le perdonaba, que me iba a costar superarlo pero que quería arreglar las cosas. Pero para arreglarlas teníamos que querer los dos, y sobre todo necesitaba saber lo que siente por mí. Me dijo que me quería, y que también lo quería arreglar aunque ya nada iba a ser igual. Y en eso quedó la cosa. Él ya está en Madrid y estamos hablando y relacionándonos como siempre. Pero…
Noto que me ha quedado un vacío enorme. Una inseguridad tremenda. Y el temor a que no me haya contado toda la verdad. Así que -no sé si he hecho bien o mal- le he escrito a esta mujer. Para contarle todo: el engaño, el parto prematuro fruto del disgusto, la niña ingresada, y el perdón. Le dije que necesitaba también perdonarla a ella de alguna manera y saber cuáles habían sido sus razones para hacer algo así. Así que aquí estoy, esperando su respuesta desde hace tres horas. Puede que ella ya se lo haya dicho a mi novio, puede que no. Él me sigue tratando normal. Puede que jamás me conteste, o puede que sí.
De nuevo, vuelvo a ser un cuerpo lleno de ansiedad, con dolor de pechos por la subida de la leche, con una cicatriz en la vagina que me arde, con mi hija ingresada, y con un infierno en la cabeza.
Gracias de corazón por leerme. Aunque no sepáis muy bien qué decirme, agradezco si me enviáis algún mensaje de ánimo en estos momentos. Gracias <3
PD: Sobre la quedada con su ex, se hizo el sorprendido y me aseguró que no había pasado nada, que había ido a hacer el trabajo a casa de un amigo de ella y que luego todos se habían ido a casa de ella a tomar algo. Quise creérmelo.