Mi marido y yo estamos de vacaciones con sus padres en el piso que tienen de veraneo. Son gente estupenda, el drama no va por ahí.
El drama es que el cuarto en el que dormimos nosotros es chiquitito y tiene una cama nido. La segunda cama se sube y se une a la otra, pero no es que sea muy fuerte la estructura, y yo peso mis 90 kilazos.
¿Ya os imagináis por donde va el drama?
Mira que es complicado encontrar un hueco para echar un pincho con sus padres al lado, pero el otro día nos dejamos llevar por la pasión y venga a darle al perrito hasta que la cama… PLAF, al suelo. Un ruido que parecía que habíamos tirado la pared abajo. Yo grité del susto, y en 4 segundos estaba su madre abriendo la puerta con un: ESTAIS BIEN?
Y ya os imagináis lo que se encontro la mujer. Los dos espatarrados en pelotas con las patas de la cama dobladas y la cama rotísima :)
Menos mal que fue la primera en reirse y quitarle importancia al asunto (ademas de que salio corriendo descojonada), porque el plano que debio quedarsele guardado en la retina debió de ser de libro JA JA JA