Quién me iba a decir a mí que necesitaba psicólogo por mi mente y no por mi cuerpo, ¿eh?
Siempre fui una niña gorda, cuando llegué a la adolescencia (más bien ya casi universidad), me obsesioné fuerte con mi físico, la cambié a base de deporte y hambre, tuve una relación bastante jodida con él, lo maltraté muchísimo, pero finalmente conseguí convertir mi cuerpo en el de una chica normativa.
Aún tengo mis complejos, mis movidas y mis invertir muchísima pasta en cremas, batidos y movidas varias para cambiar partes de mi cuerpo que no me terminan de convencer, pero para mi sorpresa acabo de empezar a ir al psicólogo porque a alguien le ha gustado mi persona y eso sí que no me lo esperaba.
Estaba de paso por la isla, vive en un barco y es un alma libre, se dedica a viajar de puerto en puerto y no pasa de más de dos meses en el mismo.
Hicimos match y cuando me contó su historia supuse que seríamos follaconocidos y poco más, pues bueno, hemos acabado ‘enamorados’ y viviendo una de las historias más bonitas de mi vida.
Nos hemos dicho cosas muy bonitas, nos hemos hecho sentir cosas muy fuertes y nos hemos confesado cosas que jamás hemos dicho antes.
Yo me enfadé con el, tuvimos una movida gorda porque me empezó a decir que la mujer más increíble que había conocido nunca, que le encantaba mi forma de ser y que podría pasarse horas y horas hablando conmigo sin cansarse, que le flipaba escucharme hablar de lo que me apasiona y verme enfadada con lo que me indigna, ¿a cualquiera le gustaría oír eso, no?
Pues a mí no.
Me enfadé, me indigné y le llamé cantamañanas.
Le dije que ya estábamos follando, que no necesitaba que me comiera la oreja para eso, me dijo que si era retrasada o qué, que lo decía en serio y que ya sabía de sobra que no tenía necesidad de decirme eso para conseguir nada de mí, al parecer lo sentía de verdad.
Yo me di cuenta (fuera verdad o mentira) de que no le creía, que no podía entender que alguien me quisiera por lo que soy de verdad, por que lo que hay más allá de mi físico.
Y ha sido un viaje jodido, reconocer que estás un poco podrida por dentro, que no crees merecer amor, que te creías que con un cuerpo bonito ya era suficiente y no.
Así que bueno, la semana pasada pedí cita y hoy tengo mi primera sesión de terapia, deseadme suerte.