La lección que aprendí el día que no follé

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  • Mary
    Invitado
    Mary on #234428

    Mi follamigo y yo llevábamos varios días hablando por Whatsapp. Nos conocíamos desde hacía tres años y volveríamos a tener sexo después de unos meses sin vernos. A mí me acababan de dar calabazas y estaba un poco deprimida. Y cachonda, estaba muy cachonda. Entonces mis conversaciones con él empezaron a subir de tono. Y me empecé a confesar con él, le conté todas mis fantasías. Todo lo que quería que me hicieran, que me hiciera él. Sabía que nunca tendría que pedirle sexo oral (porque siempre se le dio muy bien usar la lengua) pero le conté todo lo demás. Quería probar el sexo duro con él, que me azotara, que me vendase los ojos, que me atara las manos… A él le atraía mucho la idea de ponerme a cuatro patas con los ojos vendados y darme azotes mientras me lo comía desde atrás.
    Así que puestos en antecedentes, os imagináis cómo llegué a su casa aquella noche. Me puse a jugar con su gato mientras él regulaba la luz para que estuviéramos más cómodos, y de repente le noté detrás de mí. Me empezó a besar el cuello mientras me rodeaba la cintura con los brazos. Me cogió una mano y me llevó al dormitorio. Allí se desnudó mientras a mí solo me había dado tiempo a quitarme el pantalón. Entonces fue él quien me arrancó el resto de la ropa.
    Y fue entonces cuando empezó la fiesta. «Túmbate, boca arriba». Le hice caso, y cuando volvió lo hizo con un pañuelo con el que me vendó los ojos. La noche prometía. Se colocó a mi lado y empezó a susurrarme al oído unas palabras que no voy a olvidar nunca, y con las que me puse como nunca antes: «Sabes que ahora estás a mi merced, ¿no? Que puedo hacer contigo lo que quiera. Te lo puedo comer, te puedo follar, te puedo pegar…». Me aceleré muchísimo y le dije que sí, que lo sabía y que estaba deseando empezar.
    Mientras me besaba el cuello me empezó a masturbar. Notó mi excitación y le dijo que le encantaba. Me dio un golpecito suave en el coño con la palma de su mano, yo me sobresalté, pero le pedí que siguiera, que lo hiciera más fuerte. Me había gustado.
    Sorprendida porque me gustara todo aquello, mucho más de lo que me había esperado, disfruté muchísimo del tiempo que me azotó, que me besó y que me pellizó los pezones con fuerza.
    Estaba tan excitada que decidí darle el gusto. «¿Me pongo a cuatro patas?» le pregunté. Pero me dio un golpe más fuerte en el coño que me hizo gemir intensamente, y me respondió. «No, porque ya está, no vamos a hacer nada más».
    Yo sonreí. Me tenía que estar vacilando. No cerré las piernas esperando que me masturbase, que me hiciera sexo oral… esperando algo. Pero nada. No veía nada, mis únicos sentidos activos eran el oído y el tacto. Tenía sus manos apoyadas en mis piernas, y mientras sonreía (estoy convencida de que sonreía) me aseguraba que aquella noche no iba a hacer nada más conmigo. Me pidió que me calmase y rebajase mi excitación, y cuando estuve más tranquila empezó a acariciarme de rodilla a rodilla, pasando por el ponte de venus muy despacio, pero sin llegar a ningún punto más. Yo aún esperaba algo, me tenía que estar vacilando. Con lo que le gustaba verme disfrutar, no podía estar haciéndome eso, dejándome a medias.
    «Es que tienes que aprender a manejar la frustración, no siempre vas a conseguir lo que buscas en la vida», me dijo, «¿Acaso crees que bromeo?», y me quitó el pañuelo de los ojos.
    Aquel día me fui a casa más cachonda que un gato en celo. Me acosté demasiado cansada como para masturbarme. Pero aprendí que hay formas muy puteras de enseñarnos lecciones de vida, y yo me fui a casa con una. Le llamé cabrón unas veinte veces por dejarme con las ganas, pero aquello no cambió nada. Intenté masturbarle, pero aquello no cambió nada. Y él me dijo, antes de despedirnos: «Por mucho que lo intentes, hay veces que las cosas simplemente no salen como tú quieres. Aprende a lidiar con ello. Y verás como el próximo día vienes con muchas más ganas». Y estoy deseando volver.


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    Sara
    Invitado
    Sara on #234534

    Pues me parece un gilipollas como la copa de un pino, la verdad. A mi me hace eso y del cabreo que me pillo no me vuelve a ver más. Salvo que haya algún antecedente que no has contado, quien es él para darte lecciones de nada y encima dejarte a medias? Flipo

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    Anónima y olé
    Invitado
    Anónima y olé on #234536

    De follodrama nada. Acabas de relatar una relación masoquista a tope.. Y has encontrado un sádico que lo vas a flipar….

    Cuando le digas ¡follame!, te dirá, y una mierda, y se largara dejándote como una perra…. Ese es el verdadero masoquismo

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    Leia
    Invitado
    Leia on #234539

    Pues yo dejé de ver a un chico con el que tenia buen rollo precisamente por eso. A mi esos juegos mentales y de manipulación no me van. Me lo haces una vez y nunca mas.

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    Maria
    Invitado
    Maria on #234542

    ? Y estas deseando volver? Menudo calientatangas de mierda…

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    Marta
    Invitado
    Marta on #234553

    Pues yo creo que es un capullo al que le has ofendido de alguna manera y te la devuelve así, va a hacer que se lo supliques para subirse el ego que le has herido. Es que tiene toda la pinta. Sobre todo eso de la leccioncita, me suena a que tiene una doble intención con eso.
    O yo soy muy retorcida

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    Ana
    Invitado
    Ana on #234576

    Estáis hablando sin saber, eso que hizo el chico es muy típico en el masoquismo. La supresión del placer.

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    Ana
    Invitado
    Ana on #234580

    Pues yo creo q lo escribe un hombre o alguien que está escribiendo una novela y si es verdad ese esta recreando 50 sombras a lo cutre. A mi m dejan así y ahí se queda,no vuelvo

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    Vanesi
    Invitado
    Vanesi on #234586

    Es tu follamigo y no te folla? Menudo gilipollas! Y encima quieres volver? Madre mía como están las mentes…

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    Laura
    Invitado
    Laura on #234611

    Jajajajajajajajaja madre mía, el masoquismo no sería lo mío. Absolutamente. Bastante nos manipulan ya como para tambien dejarnos con las ganas. Yo que se, me pillaría el mosqueo de mi vida fijo. Y el flipado ese a tomar por el culo.

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