Hola chicas, os vengo a contar mi historia a ver que haríais vosotras. Empecé a quedar con un chico, la verdad que siempre me había parecido muy guapo, simpático y me gustaba su forma de ver las cosas. Al segundo o tercer día de liarnos la primera vez le dije que yo no estaba buscando nada serio, que estaba en un punto de mi vida en que eso no era lo que quería. Me preguntó que si quería que dejáramos de vernos y le dije que no, solo que quería decírselo para no hacerle daño.
Nos fuimos viendo todas las semanas, hablando a diario y así fue pasando el tiempo. Después de un par de meses estábamos genial juntos (nuestros planes siempre han sido en privado, pero disfrutaba de su compañía, del sexo, de todo) me propuso ir a tomar algo a alguna piscina natural o algún sitio fresquito y pasar el día o una tarde (era pleno verano). Yo me asusté y le volví a decir que no buscaba nada serio, que no haría ese plan. Me dijo que vale y siguió tratándome igual de bien que siempre, siguió siendo atento, cariñoso, casi nunca me faltaban los buenos días, ni las buenas noches, ni un ¿qué tal el trabajo?, ni un tengo ganas de verte, o un ¿nos vemos este finde?. Yo la verdad que tenía ganas de estar con él, hicimos algún plan de fiesta con amigos comunes de cuando estuvimos trabajando en la misma empresa, fuimos a la playa unos días con todos ellos… Maravilloso.
Yo estuve comodísima, no tuve ningún problema en dejarme ver con él, tenía ganas de más. Y volví a sobrepensar. Él se marchó con sus amigos de toda la vida de vacaciones y aproveché un mensaje en que me decía que se lo estaba pasando genial, disfrutando mucho, pero estaba deseando verme, para decirle que no quería nada serio y no había cambiado de idea. Sin venir a cuento. Sin más. Como si me hubiera pedido matrimonio, como si me hubiera preguntado si quería pasar las Navidades con su familia o con la mia. Y ahí no me respondió.
Por su respuesta al día siguiente noté que no sabía porqué de repente, después de estar genial con él eso me había hecho saltar. Y me lo dijo, no te he pedido nada, solo he dicho que me gustaría verte al llegar. Enseguida le dije que quería seguir viéndole, que no me había sabido explicar. Pero tuve miedo de haberla cagado. Al volver hice por quedar con él (y era verdad que ese finde yo sí lo tenía complicado) pero quería ver que todo estaba bien, no esperar una semana entera. Tenía un detalle para mi de su viaje, tenía una sonrisa al abrirme la puerta, tenía cariño, tenía caricias, tenía todo lo bueno que se puede esperar de alguien. Es una persona que respeta mis planes, mi espacio, mis amigos, mi familia, respeta mi libertad. Y yo siento que me va gustando cada vez más y cuanto mejor estoy, más salgo corriendo. Y creo que él por una parte sabe esto y me tiene paciencia, no me juzga, pero también siento que quizás le estoy alejando, desilusionando poco a poco, que quizás un día no se sienta querido o valorado y no quiera volver a saber más de mi. Y yo esté enamorada y lo haya perdido porque de verdad haya dejado de tomarme en serio. Todo por este miedo a no sé qué.