Reproducimos un testimonio que nos llega via mail:
Hace tiempo que mi pareja, que es un hombre, me insinúa que le gustaría que le metiese un dedo en el culo. Así, tal cual, no me lo pide directamente pero hace comentarios que me lo dejan muy claro. Cada día son más evidentes y claras sus insinuaciones. Yo llevo tiempo esquivando el tema, no quiero hablar de ello, ni me lo planteo. No me apetece, me da asco, no me veo haciéndolo. Es un tema tabú para mí meter los dedos ahí.
El caso es que muchas parejas lo hacen y nosotros no somos precisamente tradicionales en la cama.
Sé que puede sonar egoísta por mi parte, ya que he dicho que era un tema tabú para mí.
Pero al revés no lo es, me explico, a mí me encanta “la puerta trasera”, a pesar de que me costó un poquito probarlo, cuando lo probé,—¡madre mía! lo que me había perdido.
Cuando hablamos con mis amigas, que sí son un pelín tradicionales para el sexo, solo escucho comentarios del tipo:—Un orificio de salida es un orificio de salida y punto—
—Por donde se sale, no se entra—.
Yo permanezco callada y pienso «No sabéis lo que os perdéis».
Ya sea con el pene o con algún instrumento erótico, aunque debo decir que me gusta muchísimo mas que o haga el con su miembro o con los dedos.
Durante mucho tiempo he intentado poder tocarle la zona del culo, el punto entre el ano y la base del pene que para ellos es muy placentero, y él se cerraba en banda. Se llegó a apartar incluso en varias ocasiones. No sé si es por eso que ahora que él ha cambiado yo soy incapaz de hacerlo.
Por esa parte puedo entender que él también quiera disfrutar de esa actividad sexual, pero es superior a mí, no me veo haciéndolo.
Yo soy muy higiénica con ese tema, sobre todo si sé que vamos a practicar sexo anal, con lavados anales y mucha limpieza. No estoy segura de que él lo vaya a ser también, no es que no confíe en el, pero tengo dudas.
Pensarlo me provoca un asco tremendo y sé a ciencia cierta que no voy a disfrutarlo. Como cabe esperar algo que no se disfruta hace que para el otro no sea placentero.
Si lo engaño y lo hago a disgusto se me va a notar y va a ser peor.
Por otro lado podría intentarlo con algún consolador anal y mucho lubricante, hablar sinceramente con él para el tema de la higiene y así salvar el tema y no hacerlo con mis dedos.
Tengo miedo de que lo busque por otro lado si no se lo doy yo e incluso tengo miedo de que ya lo haya probado y por eso ha descubierto que le gusta.
No quiero que mis inseguridades nos lleven a un problema de pareja mayor.
Necesito ayuda y la necesito ya chicas. ¿Algún consejo?