Siempre he tenido curiosidad por las redes sociales estas de encontrar pareja, y hace dos años decidí hacerme un perfil en Lovoo para experimentar en el amor y darme mi primer beso, sé que no és el sitio indicado para estas cosas, pero tenía curiosidad y nadie me iba a parar. Siempre sido muy tímida, hablé con muchos chicos, pero con ninguno me decidía a quedar. No era que no tuviera oportunidad, sino que no me atrevía.
Hasta que inesperadamente un chico al que llamaremos David, con el que llevaba hablando ya unos meses me dijo de quedar, y le dije que si. Yo sabía que no era nada del otro mundo, pero no pude evitar hacerme unas ilusiones. Yo, una gordibuena, que conseguía una cita con un chico que estaba para mojar pan y que era más alto que yo, cosa complicada al medir 1,80, pues me las hice, que puedo decir.
Fue algo inesperado, quedamos el mismo día por la tarde. Ya estaba yo, esperando a que apareciera este chico en la boca del metro. La primera impresión no fue buena, pero como no soy una persona que me guste juzgar a un libro por su portada, pues le di una oportunidad. Mis amigas, que no se fiaban, decidieron seguirme por detrás, y me dijeron que las llamara por si ocurría algo.
Estuvimos un rato paseando y hablando de cualquier cosa, teníamos algunas cosas en común, pero nada en especial. El chico me soltó que no tenia ni siquiera la ESO, que estaba haciendo un FPI en In formática, pensé que debía ser fiel a mis principios y darle una segunda oportunidad. Yo siempre me he considerado una persona culta, y queriendo mantener mi ética de no juzgar a nadie por lo que aparenta, se la tuve que dar.
Con la excusa de que no le gustaban las aglomeraqciones de gente y que la calle en la que estabamos estaba muy concurrida, decidimos ir a un lado más apartado para sentarnos y seguir hablando, y para otras cosas. Hablando hablando se iba acercando más a mi, yo no estaba segura de si quería eso, pero tenía curiosidad y decidí seguirle la corriente. Me decía cosas bonitas, y es que no era muy agraciado, pero con esa sonrisa quién de decía que no. Hasta que dejamos de hablar y él se fue acercando, yo le dí paso y sucedió.
Nos estabamos besando, yo, dándome mi primer beso, no me lo podía creer. En ninfún momento subimos mucho el tono, respetaba en todo momento mi velocidad. Todo iba bien, hasta que intentó meterme la lengua, y le dije que no. Lo intentó otra vez, y así varias veces hasta que me harté. A partir de ese momento, se me cayó al suelo cualquier ilusión o entusiasmo que había surgido en mi, y con un mensaje les dije a mis amigas que me llamaran, para decirme que debíamos irnos.
En ese momento saqué la fuerza de dónde no la tenía, me levanté y le dije, ante sus súplicas a que no me marchara: «Yo me voy, si te quieres quedar ahí, quédate», pero con todo mi coño. Ahí el chaval se acojonó y aceptó a venir conmigo. Al despedirnos, no sé si fue por puro despecho o por gusto que repetimos la sessión de besos, ésta vez no intentó meter la lengua.
De esto hace ya dos años, y he cogido una especie de miedo a quedar con chicos por redes sociales como esta, que me hagan hacer cosas que no quiero o que sean otra cosa a lo que aparentan ser, y de verdad me da pena porque he conocido a chicos que parecen estupendos por sitios así, y por mi miedo al cara a cara siempre me niego a sus invitaciones. ¿Algún consejo?