A ver como cuento esto sin que penséis que soy un bicho. Llevo 3 años con mi chiqui y el otro día me pidió matrimonio.
Yo siempre he querido casarme, ese no es el problema. El problema es que yo siempre le había dicho que me gustaría una pedida tradicional (lo sé, soy una cursi pero es mi gusto), de hincar rodilla en algún viaje especial, después de una cena con ramo de rosas, yo que sé. Algo romántico.
Pues no va y me viene un día en casa, los dos en pijama y con una cajita. La pone encima de la mesa y me dice: ale, aquí tienes. Casi con desgana.
No sé, en vez de emocionarme me enfadé un montón. Parece que lo estaba haciendo obligado, ningun tipo de ilusión.
El caso es que abrí la caja y me fui a la habitación enfadadísima, no entendía nada.
Desde entonces hemos intentado hablarlo pero no nos ponemos de acuerdo. Él dice que pensó que me haría ilusión y yo que no me escucha porque sino jamás lo habría hecho así.
En fin, no sé si soy una caprichosa o si realmente puedo enfadarme por algo así.