Ayer tuve un sueño. Un nombre, una cara. Desperté con náuseas, no sabía porque no me gustaba soñar con él. Recurrí a google y lo busqué, allí estaba él.
De repente me vi con 17 años. Llorando. Sucia. Dolorida. No sé porqué me ha venido todo esto ahora a la mente. Solo recuerdo que dije que no quería seguir, era mi primera vez, me dolía. Recuerdo que no quiso parar, «ya me queda poco» dijo. Mi cuerpo dejó de forcejear, no podía hacer nada. Tenía miedo. Al rato se fue al cuarto de baño y yo me quedé en la cama quieta, llorando y dolorida. ¿Cama? Os preguntaréis. Sí, fue mi primer… ¿Novio? Me levanté, la cama estaba llena de sangre. Me vestí y me fui a casa. Por aquel entonces no hablé y no lo he hecho nunca. Bueno, miento, a mi pareja actual se lo conté.
No hablé con mis padres, no hablé con mis amigas, lo metí al fondo de mi mente y no lo saqué más este tema conmigo misma. Hasta ahora. Aquí, anónimamente. Porque aun siento vergüenza y, a veces, asco. Por no haberlo denunciado, por no haberlo dicho. Por no haber hablado de ello. Por pensar que no pasaba nada.
Un año después de aquello me llamó para decirme que aún guardaba la colcha con sangre. Cambié de número y tampoco lo conté. Me siento completamente estúpida.
Ahora, después de más de 10 años, me doy cuenta de que sí pasaba algo y no supe reaccionar. ¡Era una cría por dios!
No sé como hacer para no sentirme mal con todo esto.
Gracias por leerme.