Hace un tiempo, escribí esto y hoy os vengo a contar como sigue la historia.
Tampoco es que ese texto tuviera mucha repercusión, pero escribirlo aquí me libera en parte.
Hoy, finalmente, empieza el primer día, de espero, el resto de mi vida. Hoy me he mudado con mi chico a una nueva ciudad. Su familia nos ha ayudado un montón económicamente para poder poner el primer pie.
Cuando se lo comuniqué a mis hermanas, se me echaron encima. Que me iba dejándolas un marrón, me han pedido cuentas y números y desconfían completamente en mí, como si pudiese hacer milagros con la pensión de mi madre y las desastrosas nóminas que he tenido. Jamás se preocuparon cuando me dejaron con 15 años gestionando cuentas y facturas, pero ahora que ellas tienen que poner lo que llevo poniendo yo durante 10 años, no paran de acosarme.
Dicen que es mi obligación dado que vivía con ella, supongo que tienen razón, pero aun así, durante esta última semana, he estado muerta de miedo por ver que llamada recibía ese día y que se me iba a recriminar. He desinstalado whatsapp y restringido sus llamadas para que dejen de llamarme y escribirme. Es tal el miedo que tengo, que ni siquiera les he dicho a qué ciudad voy. Supongo que no es el mejor nuevo comienzo, pero necesito alejarme de esa familia.
Yo seguiré en contacto con mi madre y ayudándole en lo que pueda, y aunque sigo con ansiedad, con miedos… Empiezo esta nueva vida con ganas, agradecida de mi estupenda pareja que está conmigo en cada batalla y por esa familia que me ha tocado por su parte, que es maravillosa.
Lucharé porque a partir de hoy, la vida me de la oportunidad de poderles agradecerles todo lo que han hecho por mí.