Primera cita maravillosa con una cena en una terracita ideal.
Segunda cita: un bingo.
Quedamos en la puerta y pensé que era sencillamente para quedar, pero no, él estaba emocionadísimo por echarse unos cartones y allá que fuimos.
La media de edad eran señoras de 107 años y nosotros.
Eso sí, las copas a 4€y de calidad.
Pero me pareció la cita más surrealista de mi vida.
La siguiente cita me toca organizarla a mí y claro, ahora ya no sé dónde llevarle… ¿IDEAS? jajaja