Ser gordo no es ser un monstruo..

Inicio Foros Querido Diario Autoestima Ser gordo no es ser un monstruo..

  • Autor
    Entradas
  • Maria
    Invitado
    Maria on #97578

    Hola!!

    Ante todo dar las gracias y felicitar a las creadoras de esta web, por impulsar la belleza en todas sus formas, apoyarnos para liberarnos de nuestros complejos, y mostrar nuestro cuerpo tal cual es. Me ayudáis cada vez que os leo, mostráis que un mundo mejor puede ser posible rompiendo los cánones de belleza que esta sociedad nos impone, y lo cierto es que hace un tiempo que vengo notando cambios en las redes sociales e incluso en los medios, pero aún queda mucho camino por recorrer.

    En fin, a lo que iba. Quisiera contar mi historia, para ver si les sirve a otras, se sienten identificadas conmigo, y al fin y al cabo, nos apoyamos entre todas.

    Desde pequeña he sido gordita, ya en el colegio me llamaban gorda, pero bueno, la cuestión es que, unos meses antes de desarrollar, me puse a mi primera dieta (primera de tantas), yendo a un endocrino, y perdí unos 10 kg que sería lo que me sobraba en ese momento…

    Me quedé muy bien, pero después volví a coger peso. Siempre he sido de las personas que, aparte de encantarle comer (parece un delito decirlo!), cuando se encuentra triste, todo lo paga con la comida. Es mi única válvula de escape cuando necesito llenar un “vacío” que siento dentro. Hay épocas y épocas, y con el paso de los años, he llegado a engordar 20 y 30 y hasta 40 kgs. Hace un par de años estuve en una clínica y perdí 30 kgs (que volví a ganar), he pensado en ponerme un balón gástrico (pero no tengo money), etc. Etc. Lo he intentado todo, pero claro, a las personas les cuesta desengancharse de su “droga” (¿por qué tan poca gente lo va así?)

    Ahora deben sobrarme unos 30 kgs, uso una 44, pero bueno, el tema que quería comentar es los comentarios de los demás, sobre todo de la familia (la confianza da asco), lo dañinos e innecesarios que son. Actualmente comparto piso con mi novio desde hace unos meses, en otra ciudad lejos de la mía. Él y yo somos “felices” en nuestra gordura, aunque eso sí, queremos adelgazar, pero por nosotros mismos, por sentirnos mejor, y por vernos mejor. Pero por ahora no hay manera.

    La cosa es que cuando llega el momento de visitar a mi familia, siempre hay miradas o comentarios, el último de mi padre: «¿Ahora no estás haciendo dieta no? Porque ahora viene el verano y…» ¿Y? Como si viene el invierno. ¿Qué pasa que si viene el veranito y estoy gorda tengo que estar encerrada en una bolsa de basura y que mi cuerpo no se pueda ver? O mi madre cuando alguien saca chocolate y ella va a esconderlo como si yo lo fuese a devorar. Pero claro, siempre se ocultan bajo el lema de “es por tu bien, ya no es por el físico, es por salud”. ¿Y me lo dices tú, que llevas fumando 40 años?

    Yo le contesté a mi padre diciéndole…”Bueno, lo intentamos todos los lunes, pero ahora ya nos hemos puesto en serio”. ¿No os suena a disculpa? Y digo yo, ¿Por qué me tengo que disculpar? Pero, en estos casos, en los que yo al menos nunca me siento preparada para dar una buena respuesta, siempre acabo por ahí.

    Otras ocasiones, cuando ya se han puesto algo pesados, he terminado enfadándome, porque claro, es que parece que no hay otro tema de conversación que ese, yo que no me meto con nadie, ni con sus vicios, ni con lo que le gusta, que cada cual haga lo que quiera, pues tienen que darle por mí. Me enfadado, y entonces te dicen lo típico de “Es que no se te puede decir nada, te enfadas por todo.”.

    Y me imagino que tod@s sabréis cómo se siente uno y la influencia que tienen los comentarios cuando su padre/madre, las personas que más queremos, nos dicen algo. Al final acabamos con una inseguridad y una autoestima de m.

    Y he llegado a la conclusión de la pena que me da que estemos creando una sociedad basada en la estética, la apariencia y el postureo, tan solo impulsamos valores físicos, nos dicen desde pequeños que para que una mujer sea bella, tiene que ser alta, delgada, vestir bien e ir maquillada y con tacones. Que esas son las personas con éxito, que consiguen lo que quieren, y que son felices. Y si eso lo mamamos desde pequeños, el nivel de autoexigencia es muy alto, más bien, inalcanzable, porque sentiremos que nunca somos aptas, que nos falta algo. Porque nunca vamos a ser perfectas, la perfección no existe. Siempre nos va a sobrar un michelin, tendremos una parte mas gorda que otra, tendremos los dedos de los pies feos, manchas en la piel, algún lunar más grande de lo que debiera… Nunca vamos a ser perfectos.

    Sin embargo, siempre tenemos que estar dando explicaciones y disculpándonos por no estar delgadas o no estar a dieta, nos hacen sentir un fracaso o que si lo intentamos va a volver a ser en balde, porque lo hemos intentado tantas veces y hemos vuelto a lo mismo…

    Yo he llegado a odiarme a mí misma, por no poder ser más guapa, por no estar delgada, o por no tener el pelo largo. Por no ser lo estéticamente perfecto. De hecho, incluso estando más delgada, siempre he querido más, y nunca he estado contenta, porque “tenía mucho muslo” , “los brazos gordos”,… etc.

    ¿Por qué no nos dejáis esta en paz con nosotras mismas que ya tenemos bastante? Dejadnos vivir, que no nos metemos con vuestras imperfecciones. No nos inculquéis más la idea de que tenemos que ser perfectos, que esa prima que está gorda, qué pena, con lo guapita que es de cara. ¡y es guapa estando gorda! ¡y desmaquillada! ¡y vestida con un chándal!

    Acaso no puede existir la belleza en la naturalidad? Ser feliz con uno mismo? Si a uno le hace feliz comer, que coma, si a uno le hace feliz estar más gordo.. ¿Voy con un cartel por la calle en el que pido continuamente la opinión sobre mi físico?

    Me da rabia, porque en épocas mejores me he sorprendido a mí misma con pensamientos como “qué gorda está esa”, y me da rabia, porque no me gusta pensar así, e intento evitar ese tipo de pensamientos, pero es algo que te surge solo al haber recibido esa educación, aunque tú pienses ahora distinto.

    Uno tiene que estar contento consigo mismo, y pienso, que esa es la lección que tenemos que enseñar a nuestros hijos, a aceptarse a sí mismos, tal y como son, con sus defectos y sus virtudes, y a valorarse como personas y no tanto el envoltorio que nos recubre, porque ya está bien de inculcar la sociedad perfecta de película o revista que no existe.

    Cuento esto porque me da rabia que cuando voy a visitar a mis padres siempre sea la misma historia, no poder disfrutar con ellos, y que todo mi paso esté marcado por lo gorda que estoy o dejo de estar. Todo esto provoca que vaya a verlos con desgana, y que cada vez vaya en menos ocasiones, porque, claro, para que me digan lo que ya se y me sienta siempre a juicio…siempre hay tiempo.

    Gracias!!!


    Responder
    Beatriz Romero
    Participante
    Beatriz Romero on #97648

    Esta situación es muy jodida… porque realmente ellos lo hacen porque nos quieren, sin darse cuenta del daño psicológico que nos pueden llegar a hacer este tipo de comentarios. Yo tardé muchísimo en intentar educarles porque yo misma no estaba 100% a gusto con mi cuerpo y me culpaba constantemente. Pero en cuanto me empoderé dejaron de hacerme tantos comentarios (que alguno sigue cayendo, es inevitable)…

    Como dices, nos toca educar a los pequeños en la diversidad y la tolerancia para evitar que estos comportamientos se sigan reproduciendo.

    Mucha paciencia, querida!

    Responder
    Paloma
    Invitado
    Paloma on #97759

    Estoy totalmente contigo… Yo he llegado a pensar… Si en mi casa piensan así de mi… Que. Pensarán en la calle?? Y no querer salir.
    Eso si.. tambien te digo que una 44 está genial.. yo estoy con una 48 y cada dia me veo más y más estupenda.. porque debe de ser así…
    Si te vale… Cuando me dicen algo en casa ahora les digo… «Si? Tienes razón, voy a por chocolate/helado/galletas…» lo que pille en ese momento… Y se ponen negros!! Jaja ya no me vuelven a decir nada…

    Responder
    Beatricce
    Invitado
    Beatricce on #97761

    Me siento totalmente identificada. En mi caso es mas mi madre la qué siempre suelta los comentarios, y duelen. Y como tu dices, cuando te enfadas y contestas su respuesta es «hija, por todo te enfadas, no se te puede decir nada». Y eso me revienta. Ella me puede decir barbaridades qué me están jodiendo por dentro, qué me tengo que aguantar las ganas de llorar y ¿yo no puedo contestar?¿no me puedo defender de esos ataques?
    Que sí, lo de siempre, es por mi bien. Me voy a ver mejor y «voy a ser mas feliz»
    Pero ya soy feliz, y mi pareja es feliz. conmigo. Hay que cambiar el chip, hay muchos tipos de personas y cada uno es feliz de una manera. Y no por estar atada a una dieta para estar delgada voy a serlo más.

    Responder
    Carme Casado Casado
    Invitado
    Carme Casado Casado on #97762

    Querida María; lo primero que quiero decirte es que es muy difícil pensar de manera diferente a como hemos sido educadas. Tiene mucho mérito que te hayas formado una opinión al margen y en ccontra de la de tu familia!Y lo más importante es que vives de acuerdo con lo que tú piensas. Si incluso piensas que debes inculcarle esos valores a las nuevas generaciones es que estás convencida de tener razón. Lamentablemente no siempre conseguimos convencer al resto del mundo y eso cuando se trata de tu familia duele. Si por mi fuese todo el mundo sería feminista y estarían de acuerdo en que la Estrella Galicia es la mejor cerveza del mundo! ???????????????????????? Yo tendría mucha paciencia y una dosis buena de franqueza absoluta, y también lea compartiría muchos artículos de Weloversize . Que igual leer les viene bien y abren la mente! Muchos besos María guapa! ????????????????

    Responder
    Iria
    Invitado
    Iria on #97764

    Lo de «no se te puede decir nada», aaaghhh!!!
    En mi caso es igual. Vivo a 1000km y la semana antes de ir, Navidades y agosto normalmente, tengo una ansiedad…. Que provoca un efecto más negativo aún porque yo creo que esa semana engordo!!!! Todo por preveer lo que va a venir. Lo peor es que si coincide quiero estoy en una época buena, de ser constante con los buenos hábitos y adelgacé algo… Nada importa!!!! Sigue así, así no te puedes quedar, a ver si esta vez aguantas…. Oh si, pensamiento positivo siempre. Mi consuelo?? Lo lejos que estoy y lo poco que me ven y, por tanto, me juzgan.

    Responder
    Anonimilla
    Invitado
    Anonimilla on #97822

    Hola! Hace tiempo que frecuento estos lares, pero nunca he escrito nada, por mas que me moría por expresar mi opinión (soy como los del grupo de WhatsApp que nunca dicen nada pero todo lo leen).
    No se como decir sin que suene lo típico (ayyy tia, me siento super identificadaaa) pero es eso, I feel you!
    Soy una chica grande, a la que según los médicos le sobran 10-15 kg (VAYA BARBARIDAD!!!) y usa una 44-46 (OMGGGGG), pero yo creo que me sobra gente y me falta amor propio! Toda mi vida he sido regordita, y por ello, toda mi vida he sido blanco de burlas. La gente puede llegar a ser ‘mu mala’, pero mala mala mala! MALA DE MALDAD! Me he tenido que cambiar hasta de colegio porque no aguantaba las burlas, e incluso me cambié una vez porque me lo veía venir (ojo, que aquí yo, la pitonisa anónimilla, predigo cosas). Era duro ir al colegio (y al insti) porque los días eran insufribles. Todos los días me tenían que recordar que estaba gorda (la gente cree que en mi casa no tengo espejos o que no me veo a mi misma desde mi perspectiva, luego soy yo la gorda, pero ellos son unos monguers!). Lo peor era llegar a casa.
    Desde que tengo uso de memoria y razón que mi hermana encajaba en esos «estandares de belleza» de los que tanto se habla, ella era guapa y atractiva, también se arreglaba y se maquillaba a su gusto. Ella podía llevar lo que le diese la gana (por muy ridículo que fuese). Recuerdo ir de compras (para ella, no para mi, tsss! obviamente) y a mi (y a mi hermana) gustarme un conjunto de pantalón y top (COMO SE ME OCURRE GUSTARME LO MISMO QUE A ELLA) y mi madre negarmelo, pero eh! a mi hermana si que se lo compró, porque (once again) mi hermana podía vestirse como quisiese, enseñar tanta carne como quisiese, porque eso estaba bien visto.
    Mi madre hubo una época en la que perdió mucho peso (y cerebro) y me machacaba constantemente. Ya no solo los de fuera se metían conmigo, sino que ella tenía que recordarme que mi físico no era bonito (bonito ‘pa’ quien?) y tenía que ser con cualquier comparación (odiosa). Ya no quería ir a ningún sitio con ella, y menos si a comprar ropa se refería, porque era un calvario. Encima, mi hermana se unió a su lucha. Recuerdo (como tantas cosas recuerdo) una vez que estábamos cara el ordenador y dijo algo mi hermana y le dije «oh, me has tocado la fibra sensible» y ella me miró con cara de asco (pero en plan asco asco) y decirme «Fibra? Pero si eres toda grasa!».
    Eso sucedió durante muchos años. Llegó mi mayoría de edad, me fui a estudiar fuera y redescubrí mi estilo (ATREVIDA COMO YO SOLA) me ponía lo que me daba la gana y me pintaba a mi estilo (un poco mas discreta que mi hermana) y cuando llegaba al pueblo, mi madre me tenía que decir que parecía un payasete (por llevar eyeliner fino y labios rojos, ya ves tu, como Krusty, pero en chica) y que esos pantalones me quedaban fatal y demás. Se alegraba cuando perdía peso, eso si. Terminé y me metí en una carrera que requería sacrificio total porque quería terminar trabajando para una prestigiosa empresa (HAY QUE SOÑAR A LO GRANDE, que luego nos conformamos con poco). He tenido que pasar muchos días en vela, y dedicarme poco tiempo a mi, y descuidarme, pero eso me la pela bastante. Terminé mis estudios y empecé a trabajar en la empresa QUE YO QUISE DESDE EL PRINCIPIO (y que poca gente ha podido tener la oportunidad de acceder), pero se me mira mas por si pierdo peso que por todos los logros sacados de mi esfuerzo.
    Sigo teniendo que aguantar comentarios odiosos, no hace mucho recordé tener un traje precioso que le presté a mi hermana y mi madre me dijo «No te ofendas (comienzo de frase que indica que te va a soltar una que te va a dejar ‘espatarrá’) pero ese traje no quiero que te lo vuelvas a poner, a ella le queda bien porque tiene las piernas delgadas, tu no quiero que vayas enseñando tanto, porque tienes las piernas gorditas». Me sentó tan sumamente mal que no me quedó mas que responderle lo que tantas veces me he callado, lo que tantas veces le he querido gritar «Ah, y si me siento agusto llevándolo, no será más importante de que si enseño o no? Porque ella si y yo no? Porque lo digas tu?»
    Después de este rollaco, que supongo muchos no habrán leído, pero tenia la necesidad de decirlo, diré que ya está bien, la familia es la que debería de apoyarnos, no hundirnos, deberíamos pensar en nuestro bien. Si nos dicen un comentario feo, que la importancia que le demos sea tan poca que no nos rocen ni las lorzas, a tomar por el culo la gente que opina así. Si te lo dijeran por tu bien, no te lo dirían con esas palabras ni harían semejantes comentarios. Si tanto les molesta, que cierren los ojos o que miren a otro lado, como hacen con todo lo importante.
    Olé tu, olé yo y olé toda la gente a la que le importe el fisco un pepino!

    Responder
WeLoversize no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta web por colaboradores y usuarios del foro.
Las imágenes utilizadas para ilustrar los temas del foro pertenecen a un banco de fotos de pago y en ningún caso corresponden a los protagonistas de las historias.

Viendo 7 entradas - de la 1 a la 7 (de un total de 7)
Respuesta a: Ser gordo no es ser un monstruo..
Tu información: