Hola chicas, había escrito todo mi drama de una tacada, le he dado hacia atrás y he perdido todo. Muy Paquita Salas todo. Este taco de lloros va a quedar menos histérico, pero también menos verdadero. Que acabo de tener una discusión con mi pareja derivada de un comentario de mis padres por mi recientes kilos ganados. Y vengo a soltar todo por aquí.
Current life y current psicoterapia de mi vida: Tengo 28 años, llevo a dieta desde los diez, si, desde el día en el que el puto punto salió por encima del perceptil «normal» en el pediatra. A partir de entonces se desata la guerra en mi casa contra el pan y el unto y empiezan las dietas de los 15 días, de la depuración, del nutricionista al que fue tu prima Paqui, de los 1500 kcal al día. De las lentejas como plato único. Del pan integral como Santo al que venerar. Mi padre apodado el quince quilitos diabético, mi hermana delgada y de constitución atlética potenciada por su afición a la danza, mi madre aunque con cadera, ríete tu de la 36 que gastaba, todo proporción kardashiana. Y yo siendo yo, con caderas de mi madre pero con sobrepeso, aficionada al movimiento de muñeca para sostener un lápiz y pocas mancuernas.
No recuerdo a ver entrado en una 36 nunca. Siempre fui fan de la 38. Y ya me veía GORDA, desde los cuatro años. Que gilipollas. Pero claro, cuando tus amigas entran en 34… y partimos de que soy mujer de los 2000, referentes Valle, Avril y Christina. Bien, siguiendo mi ascenso meteórico en el patronaje de Amancio, alcance la 40 al entrar en la universidad, y pase de mis 60 kilos a 67 (mido 160 cm). DRAMA para mi, pero bestial. Me fui a mi nutricionista de la familia, aun recuerdo el nombre, Avelina –revisitada intermitentemente desde los 12. Dos tostadas por la mañana de lino integral con un mini chorro de aceite, hidratos prohibidos y a comer todo hervido y a la plancha. Mareos y 10 kilos menos en tres meses. Y que paso VAYA el efecto YOYO. Erasmus, depresiones, terapias, tonterías con la comida (mas bien en la adolescencia), relación tóxica con mi cuerpo…Ni un puto referente donde verme reflejada no ayudo, hasta hace pocos años : ). Y mi percepción real de que mi entorno me quería mas cuanto mas delgada o mejor me veía. Enfocada en mis estudios de arquitectura (lo cual me causaba ansiedad y aka comer) y en potenciar mis capacidades intelectuales (siempre la mejor, sino nada, y cuanto mayor la expectativa mayor la caída).
Ultimos cursos de universidad en Lisboa, deje de tomar anticonceptivos para mi SOP (AJA también, enfermedades femeninas a mi) y engorde muchos MUCHOS kilos –ademas de una cara que ni el empedrado de mi pueblo–. Pero estaba feliz OYE. Volví. Y con el volver la frase de mi madre «Anabel cariño, hay que volver al endocrino –cara lastimera con suspiro lorquiano– es que los kilos que has cogido no son normales».
Los últimos tres años: Turne de médicos, me recetan metformina, me pongo a dieta. No pierdo peso porque Avelina me había jodido el metabolismo con su dieta baja en hidratos a lo «pronokal». Desesperación por encarrilar mi vida, no entro mas que en la 42 elástica 44 y 46, depresión-terapia-pastillas-terapia. Descubro ASOS. Salvación.
Bajonazo. Mi novio –dato, llevo con el desde los 16, ha vivido la experiencia Amancio al completo– llega a decirme que me quiere menos porque al verme peor yo, me ve peor el y le «gusto» menos –se expresa fatal, no quería hacer daño, pero lo hizo y mucho. Descubro youtubers, blogs como este, me acostumbro a mi nuevo cuerpo, estoy en mis lindos 75. Pero claro. Por mucho que una intente deconstruir todo su entorno, tóxico, es muy difícil construir una autoestima sana.
Y ahora que he vuelto a engordar hasta los 75 –o quizás más– me veo mal, esquivo espejos, esquivo fotos, probarme ropa en tiendas –la odisea de Amancio y las tallas– es como irse de mudanza al probador. Y estoy dejando de lado el «problema». Pero tampoco entiendo que, cuando estaba en mis días de no querer salir de la cama, y adelgace tanto, note que para el resto estaba estupenda fisicamente, pero por dentro estaba echa una puta mierda. ¿Por qué no quererme con el brazo mas ancho, un poco mas de molla, si mi interior esta mejor?
Han pasado meses de estar en la mierda, resurgí poquito a poco, y engorde poquito a poco también. Y eso ha derivado en el REBOOT de comentario de mis padres de «Anabel, en septiembre me pido YO hora en el endocrino –pos ok– ¿tu también no? Porque deberías ir». Que forma mas sutil de decir, te has engordado, NO PUEDE SER, NO ES NORMAL, NO ESTAS GUAPA. AY VA. ¿Me he debido de engordar y ellos lo han notado? ¿Como puede ser que su hija engorde? No puede ser, tiene que ser un problema medico. Aunque también ha repuntado que cuando vivía con ella, me controlaba las comidas y comía mejor, y ahora como lo que me sale de los ovarios y MAL. Pues si y no, tengo SOP, tengo resistencia a la insulina. Pero queridas, ni me cuido lo que debería ni hago ejercicio, milagros a Lourdes. Pero es que yo siempre he sido muy atea, y a nadie le tiene que importar lo que como o dejo de comer. Que si, que tengo niveles un poquito altos de hipotiroidismo –incluso estuve con eutirox, no hay medicamento que se me haya resistido– pero lo que me JODE es que entrar en una 44 no es UNA OPCION, es culpa del HIPOTIROIDISMO autodiagnosticado de mi madre para salvarle la conciencia.
Yo me siento bien de salud, pero no me veo bien en el espejo. Pero mi pregunta es, ¿No me veo bien porque ellos no me ven bien o por que realmente no acepto estar en estos kilos? Lo estoy releyendo y creo que es un poco FIRST WORLD PROBLEMS, pero de verdad, condiciona mi vida y siempre lo ha hecho. Ha quedado un texto que hasta a veces parece que me lo tomo a coña y no me afecta, pero hasta hace diez minutos estaba llorando como una madalena en la cama. Se que va a ser otra de esas tardes que se te quedan clavadas. Pero esta vez, no me lo voy a tomar como una llamada de atención y ponerme a adelgazar y hacer la ruta del especialista. Porque quizás sean ellos los que tienen que replantearse a través de con que filtros valoran a los demás, mas autocrítica y menos diy diagnostico. Gracias bonitas por leerme, a las que hayáis llegado hasta aquí perdón por el textazo. A mi me ha servido para apaciguarme y expulsar todo lo que quería decir.