Holi! Ya habéis leído el título… Bien, empecemos por el principio.
Tengo 30 años y soy bisexual, he tenido relaciones largas con chica y con chico y rollos cortos con ambos sexos.
La cuestión es que van pasando los años y ahora mi entorno empieza a tener hijos y demás.
No sé por qué, pero alguien me puede atraer muchísimo y poner a mil, que si me dice que tiene un hijo, sea del sexo que sea, me deja de atraer inmediatamente y una piedra tendría más posibilidades de acostarse conmigo después de tener esta información.
No es que no me gusten los niños, de hecho me llevo muy bien con ellos y jugamos y soy la más enrollada del parque cuando toca ir.
Pero es como que siento que un niño es algo sagrado y tener esa responsabilidad tan grande me abruma y no quiero tener nada que ver con ello. Es decir, si alguien ha sido capaz de dar la vida lo veo algo como muy íntimo que ha vivido junto a otra persona y como que esa intimidad ya ha sido experimentada ‘por primera vez’ y no sé, me corta mucho el rollo.
No tiene nada que ver con los cambios que sufren los cuerpos después de ser padres (sobretodo las mujeres). Es porque dejo de verlas como mujeres y empiezo a verlas como madres. Y con los hombres igual. Y es como si la fantasía, la atracción y el morbo hicieran las maletas para irse y no volver.
Solo quería desahogarme y es algo personal mío que no digo en voz alta nunca para no ofender a nadie, pero necesitaba soltarlo.