Eso, tú pon una queja, que lo importante no es que sea buena profesora y nos niños estén bien, sino que de vez en cuando suelte un taco. A ver si la echan y meten a otro que le importen un carajo los niños pero que hable divinamente.

Es cierto que en esta época los niños escuchan muchas cosas, y en nosotros cae la responsabilidad de explicarles que las groserías son sólo eso, groserías; PERO que como todas las palabras hay lugares, momentos y personas con las que no se pueden utilizar, y el hecho que su profesora las utilice tan casual, no es justificación para que ellos hagan lo mismo.
Si quieres poner la queja, hazlo, porque a mí me pareció que no le interesó tu preocupación, aclarando que en los demás aspectos no tienes ninguna queja hacia ella.

¿Y por qué antes de poner una queja no hablas primero con la docente? Me hace gracia que nos indignemos mucho por las formas, pero antes de pensar en volver a hablar con ella seriamente, decidamos ir directos a poner una queja al centro.
Ni sus modales son los mejores, ni tu actitud la más adecuada.
¿De verdad que poner una queja es la única alternativa?

Soy docente, pero viendo estas cosas se me quitan las ganas de seguir en la profesión. Yo, si tengo un problema con un alumno, hablo con los padres primero de expulsarlo, por ejemplo.

Me parece que antes de llegar a los extremos, es bueno buscar alternativas… El diálogo nunca hizo daño a nadie.

Buenas tardes,
Como maestra que soy, considero que el lenguaje que uso con los niños/as ha de ser correcto y adecuado a su edad, respetuoso y por supuesto sin uso de palabras malsonantes.
Pero creo también que en una tutoría entre iguales (entiéndase adultos), el lenguaje que se usa es menos cuidado y quizás coloquial y eso puede o no gustarte, pero no creo que sea motivo para una queja pública (las críticas y quejas en privado y los halagos en público, por favor). Menos aún dirigirla al equipo directivo, porque a pesar de que trabajamos con niños, no lo somos e ir a “acusar” a la profe de tu hijo de que usa un vocabulario que no es de ti agrado, sin haberlo hablado con ella previamente (tendiendo en cuenta además de que ella es libre de hablar como desee, por mucho que a ti no te guste), sería descortés y desconsiderado por tu parte.
El equipo directivo le podrá decir que a una madre no le gusta su vocabulario, y ahí quedará el tema.

Me quedo con que te preocupa su lenguaje, pero no que tú hijo la quiera mucho, aprenda y vaya contento al cole.

Al fin y al cabo la labor de todo maestro/ es complacer a los padres y madres (léase la ironía).

Hola!
Yo soy mestra y sí que es cierto que no haría nunca eso, ni con los alumnos ni con los padres. Creo que, primero de todo, es nuestro trabajo y debemos ser correctos, y segundo, debemos ser ejemplo para esos niños y niñas.
Una vez dicho esto, creo que deberías hablar con ella antes que nada. Expresarle que no te parecen bien esas formas y menos con los alumnos. Darle una oportunidad para que se explique i, si lo cree conveniente, intente cambiar eso.
Si eso no da frutos, entonces ya puedes hablar con la dirección del centro. Pero, de verdad, te aconsejaría hablar antes con ella para darle una oportunidad.

Espero que podáis entenderos!