Mi familia y amigos suelen mofarse de mí por mi hipersensibilidad ante ciertos ruidos o movimientos.

Me dicen medio en broma (aunque me jode igual) que así nunca voy a encontrar a nadie, que me voy a quedar sola a no ser que dé con un extraterrestre o algún tipo de androide o inteligencia artificial que no emita ningún tipo de sonido similar a los de los seres humanos.

No solía darle demasiada importancia a esto. Nunca pensé que tuviera un trastorno o alguna condición que tuviera que ser tratada por un especialista.

Muy al contrario, pensaba que el problema lo tenían los demás (y en algunos casos sigo pensándolo), véase:

  • Personas que hacen ruido al respirar y parece que están roncando, o que tienen un silbato dentro de la nariz.
  • Personas que hacen ruido al comer, bien sea sorbiendo o masticando. Esto último me parece especialmente inadmisible, porque en muchos casos es una cuestión de mala educación.
  • Personas que se muerden las uñas compulsivamente. También personas que se muerden las uñas un ratito.
  • Personas que hacen cualquier tipo de ruidito repetitivo, como tamborilear con los dedos de la mano, silbar, cantar para sí mismos.
  • Personas que mueven cualquiera de sus miembros también repetitivamente, como esas gentes que suben y bajan la pierna cuando están sentados y sienten nervios por alguna razón.

Mientras escribía esta lista, de hecho, me reafirmaba en que no debería ser yo quien fuese a terapia, sino todos estos energúmenos que hacen ese tipo de cosas sin preocuparse por la sensibilidad de quien tienen al lado.

trastorno obsesivo

Pero el caso es que a la mayoría de la gente que me rodea parece no molestarles para nada este tipo de actitudes, y me han colgado el sambenito de exagerada, tiquismiquis o antisocial.

La verdad es que lo he dejado con alguna pareja por no soportar que les pite la nariz mientras duermen y echárselo en cara cuando despiertan, como si dormidos fuesen conscientes del sonido pero siguieran haciéndolo para joderme.

También he dejado a alguno por morderse las uñas, pero, sinceramente, me gusta tener parejas con dedos, y no con pezuñas (los peores casos se daban cuando, además de morderse, después escupían al aire las uñitas minúsculas y me las encontraba en sillones o lavabos).

La cuestión es que ahora empiezo a plantearme si no tendrán razón mis amigos y familiares y necesitaré ir a terapia. Ya no porque considere que exagero, sino por mi propia salud.

trastorno obsesivo

Algo tiene que ver con este cambio de pensamiento que, hace una semana, le gritara a una señora que roncaba en el tren que era una maleducada, que si no sabía estar en sociedad no saliera de su casa y que al tren uno va dormido de antes. 

Por lo visto la señora había pasado una Covid bastante mala y se le había quedado esa secuela de respiración forzada, según me dijo su acompañante, también a gritos.

No desmiento que tuvieran que asignarme un asiento en otro vagón ni que me sintiera una asquerosidad humana. Pero me alegro, al menos, de haber podido reprimir las ganas de romper una ventana del tren y saltar en marcha.

En fin. Gente maleducada hay en todas partes.