Las personas que me conocen saben el infierno que me hizo pasar mi ex marido solamente porque un día dejé de estar enamorada de él, me senté, le fui sincera y sin que hubiera terceras personas ni nada turbio, le pedí que nos separásemos.

Me hizo pasar un calvario durante 6 años  que no le deseo ni a mi peor enemigo. No me creo ejemplo de nada, solo creo que contar mi historia puede ayudar a alguien que esté en la situación que yo estuve o simplemente darle esperanza. Así que ahí va.

Tenía una vida cómoda y él hasta ese momento no era un mal tío. Sólo era machista, manipulador, egoísta y mala persona pero de cara a los demás era un hombre educado y perfecto que nunca perdía la compostura y que me trataba “bien”. Vaya que no tenía un motivo aparente por el que dejarle. Simplemente que yo no era feliz y ya no estaba enamorada.  Y  eso ni para él ni para mi entorno era suficiente.

 

Pasé a ser la mala y él la víctima por lo que él tenía el apoyo de todo el mundo y yo me quedé sola. Y  aprovechó eso para sacar toda su maldad.

Lo primero que hizo fue vaciar las cuentas que teníamos comunes y dejarme 5€. Se llevó hasta mi sueldo que acababa de cobrar. Por lo que me encontré un día 2 de febrero con 5€ en mi cuenta y un mes por delante que no sabía cómo podría pasar. Mi jefa me dio un adelanto y así empezó mi aventura. Teníamos dos pisos uno mío en propiedad y otro comprado a medias. Una hipoteca, un préstamo de su coche y de su moto que acordamos pagar a medias, y  que dejó de pagar al segundo mes de no vivir juntos.

Su frase y la de su padre un día que yo intentaba dialogar para llegar a un acuerdo y quedar como amigos después de 9 años de matrimonio fue: «No pararemos hasta que te dejemos en la calle tirada y sin nada. ¿Quién te crees para abandonar a mi hijo?».  Y por Dios que lo intentaron.

Dejó de pagar todos los préstamos porque mi piso los avalaba y así me embargaban y perdía todo. No porque no pudiera afrontarlos, ya que su situación económica era mucho mejor que la mía,  sino por venganza.

Yo cobraba 1000€ y debía pagar 1400€ de préstamos por lo que los primeros meses entregaba mi sueldo al banco y no me quedaba nada.

 

Me cortaron la luz por no poder pagarla, el agua,  y el gas. Recuerdo dormir con el pijama y un polar encima por las noches muerta de frío, y no poder calentarme ni un té.  Pasé hambre, no me avergüenza decirlo, y es una de las sensaciones que peor y más rebajado te hacen sentir. El no tener dinero para comer, el no tener 60 céntimos en el monedero ni para comprar una barra de pan y acostarte sin cenar.

Así es que en pleno invierno, teniéndome que duchar en el trabajo, porque en casa no podía, adelgazando porque no tenía ni para un donut, y con el ánimo bajo (porque él me llamaba para contarme lo bien que vivía y para reírse de mí),  lo único que me daba fuerza era pensar: “No te vas a salir con la tuya, cabrón”.

Contratéd un abogado que no podía pagar, y me busqué un segundo trabajo para poder asumir todos  los gastos que tenía encima.

 

Así es que ahora trabajaba 40 horas semanales en un curro y 35 horas semanales en otro. 75 horas nada más y nada menos, y  los domingos dormía para poder soportarlo. Pero así empecé a poder pagar la luz, a pagar los préstamos etc. A final de mes me quedaba a cero pero al menos podía ir pagando y malviviendo hasta que se solucionara el divorcio.

Le hicimos mil ofertas para llegar a un acuerdo pero la respuesta a todas era “no”. Llegó un momento que mi desesperación era tal y la presión del banco llamándote si te retrasas, y la soledad, que le pedí por favor que se lo quedara todo y yo me iba de alquiler y empezaba de cero y su respuesta fue: “NO, solo quiero hundirte”. Por lo que la única solución era ir a juicio y que un juez nos divorciara.

Mientras yo esperaba el juicio él seguía sin pagar nada. Ni la hipoteca, ni su coche, ni su moto, ni siquiera la luz, el agua y el gas de la casa donde vivía, ni la comunidad, ni el ibi… todo iba a mi nombre, por lo que no me quedaba otra que pagar y trabajar para mantenerle.  Con la crisis perdí uno de mis trabajos por lo que mi poder adquisitivo bajó de nuevo.

 

Y en esta situación pues ya no podía hacerme cargo de todos los préstamos por lo que seguí pagando la hipoteca pero dejé de pagar su moto y su coche. El Banco en pocos meses me metió en juicio y si no pagaba la deuda entera pues me subastaban el piso donde yo vivía que era el aval, por lo que no me quedaba más remedio que pagarla. Mi padre la pagó, y se zanjó ese problema pero aún quedaban muchos más. Llegó el primer juicio y el juez me dio el divorcio porque según la ley no se puede obligar a nadie a estar casado contra su voluntad y me dio todos los bienes a mi ya que él alegó (falsamente) ser insolvente y yo lo pagaba todo. Con la condición de pagarle a él 12.000€ cuando vendiera un piso (que era el calculo de lo que él había pagado mientras estuvimos casados). ¿Y a mi quien me devolvía todo lo que estaba pagando? Él y su falsa insolvencia por supuesto que no.

Esta resolución me obligó a seguir pagando, porque aunque el juez me dio los bienes, como las escrituras seguían a nombre de los dos, pues no me dejaba ni vender ni alquilar los pisos porque se negaba a firmar.

Esto duró cinco años. Cuando llevas tanto desgaste, psicológicamente a veces no ves solución alguna, solo necesitas un papel que diga que ya no tienes nada que ver con esa persona ni en matrimonio ni en bienes. Es necesario, sino no puedes seguir adelante aunque lo intentes. Solo me entenderán los que hayan pasado por eso. Por lo que solicité otro juicio.

 

En mi trabajo mi jefa se retiró y me ofreció quedarme su puesto y el negocio. Ella sabía mi situación y me dijo que era una forma de remontar y poder ganar mucho más dinero. Y con todo el miedo del mundo lo hice.  Trabajando catorce horas diarias, y con las pocas fuerzas que me quedaban, lo tiré hacia delante. Poco a poco, mes a mes, iba ganando un poco más de dinero aunque todo el que ganaba se iba para pagar atrasos, hipotecas y abogados. Pero por lo menos podía pagar.

Seis años sin irme de vacaciones, seis años sin comprarme unos zapatos, seis años sin poder ir a cenar fuera, seis años sin poder despertar un día sin pensar en que me iban a llamar para pedirme dinero atrasado que debía… mientras él seguía riéndose de mí y disfrutando con mi sufrimiento. Pensé muchas veces en tirar la toalla, pero entonces sus frases me daban fuerza para no darle el gusto. Y seguí adelante.

 

Hasta que un día me llegó de repente una demanda. En la que el señor me demandaba a mí por mala fe, por no querer vender el piso para no pagarle sus 12000€. Yo pensé que era una broma, pero la broma fue que la ganó. Y no solo me condenaron a pagarle los 12000€, sino que me pusieron una multa por mala fe ( la justicia en este país a veces es maravillosa) y me condenaron a pagar todas las costas. La broma ascendía 20.000€ que yo no tenía porque cada mes pagaba yo sola 1900€ en préstamos. Por lo que no podía ahorrar ni un duro.

El juez me dio un mes para pagarle los 20000€ ya que yo ahora era empresaria y él un pobre señor insolvente (me río de nuevo) o me subastaba mi piso y mi negocio. Mientras el seguía viviendo de gratis en el otro.

En ese instante de veras creí que era el final y que se saldría con la suya. Pero pensé que no podía dejar de luchar hasta el último instante y me quedaban 30 días.

Fui a varios bancos a pedir el préstamo que me negaron. Y en el último que entré había una directora de banco que yo no conocía de nada. Me senté intentando mantener la compostura y le dije que necesitaba 20000€ para pagar a mi ex marido o me quedaba sin nada. Ella me miró y me dijo: “Está difícil”  y yo me puse a llorar desconsolada.

Esa mujer se levantó me puso el brazo por encima del hombro y yo la miré y le dije: “Llevo seis años trabajando 14 horas diarias intentando que no me deje sin nada, no puede ser que todo mi esfuerzo no haya servido”.

 Y ella me contesto: “Mientras yo sea la directora de este banco y esté en mi mano, ninguna mujer se va a quedar sin nada porque un cerdo lo decida”.

Me dio mi préstamo. Pagué a mi ex y al juzgado.  Aunque ahora mi letra mensual paso de ser de 1900 a 2300€. Casi nada para una sola.

Pero los pagué. Mi negocio iba bien, y con mucho esfuerzo y mucho trabajo fui pagando esa letraza, más deudas que me seguían llegando  cada dos por tres del señor ( 800€ de luz, 900€ de teléfono, 600€ de gas, 1000€ de comunidad, 3000€ de ibi etc). Pero como ahora todo era mío pues pude alquilar un piso, y vender el otro y con lo que saqué pagar todos los préstamos y quedarme limpia. Sin un duro otra vez pero sin deudas. Y entonces solo quedaba seguir trabajando para poder salir adelante de verdad.

 

Separarme de este «ser» me costó  6 años y la friolera de 96.000€. Le pagué su coche, su moto, sus deudas, y la mitad de un piso que no era suyo.

Aunque también me gustaría decir que creo que esta lucha duró tanto porque mi autoestima estaba por los suelos. Porque luché sola y limpiamente contra él, mientras él y su abogado mintieron constantemente y jugaron las más sucio que pudieron para alargarlo y machacarme psicológicamente. Por lo tanto estoy segura, aunque esto que diré no es políticamente correcto, que si me pasara ahora, jugaría igual o más sucio que él, y el divorcio no duraría 6 años sino 6 semanas porque lo fundiría vivo. Lo que no se puede hacer es ir a una guerra e intentar luchar contra uno que lleva armas, bombas, espadas, y cuchillos, desarmada y con diálogo. Porque pierdes.

Pero en aquel instante no era la persona que soy ahora  y creía que con la verdad y siendo honrada, siempre ganas, y siento deciros que no es así. Que sí, que duermo muy tranquila porque yo jamás hice nada mal, pero ¿Quién me devuelve los seis años? no hay dinero ni nada que lo haga.

Aunque al final no  me dejó en la calle, no me dejó sin nada. De hecho ahora que lo veo en la distancia he de decir que solo me costó 96.000 euros, económicamente me salió barato. Porque me hizo fuerte, me hizo segura, me hizo valiente, empresaria, me hizo saber lo que no querría nunca más en un hombre y que nadie puede hundirte si tú no le dejas, por mucho que lo intente.

Aunque lleven traje y sean muy educados, así les gustaría tenerte para siempre si pudieran. Y la justicia les sigue ayudando.

Y después de esos seis años de infierno, ahora soy feliz. Muy muy feliz.  Conocí al hombre más maravilloso de la tierra. Tengo mi negocio que funciona bien y con el cual vivo bien también. Se quiénes son mis amigos (los que estuvieron aguantándome para que no me cayera durante la lucha). Y sobre todo estoy bien follada, dejadme decirlo, porque vale la pena pagar 96.000 euros si cambias a un inútil por un vikingo.

Por lo tanto si lo miras fríamente él solo se llevó dinero, pero yo tengo todo lo demás, y dinero no me falta. O sea que perdió. Y lo que me hizo pasar también sirvió para convertirme en la mujer que soy ahora. Por lo tanto solo me queda darle las gracias. Y a vosotros daros un consejo que son solo tres palabras: Separación de bienes. No por el dinero que os puedan quitar, sino para que no tengan excusa en donde engancharse para no dejaros marchar.

Así es que si ahora tú estás en una situación parecida, si un machista asqueroso y acomplejado no acepta ser dejado, y quiere hacerte pagar por ello, piensa que no lo va a conseguir sin tu consentimiento. Y que al final saldrás y volverás a ser feliz porque tú lo mereces y él no lo será jamás porque su maldad no le deja. Y espero que el Karma tampoco.