Una gorda tatuada

 

Siempre he sido de adornar aquello que no me gusta o no me termina de convencer: ya sea mi habitación, una camiseta que se ha estropeado y quiero renovar, el salón de mi casa… ¡Hasta mis orejas!

Quizá todo vino a raíz de una frase que mi madre me repetía hasta la saciedad: «¿No te gusta? Pues ponle un moño». Así que yo enmoñaba todo lo enmoñable.

En el caso de mis orejas, yo creía que eran más grandes o que estaban más abiertas de lo debido… Ya sabéis, los complejos tontos de la adolescencia. Otros hubieran optado por ocultarlas con el pelo o por ponerse felpas y sombreros, pero yo las decoré con piercings, muchos piercings. Y es que siempre he nadado a contracorriente.

Aunque aquí hemos venido a hablar de tatuajes.

Desde muy pequeña, siempre me han gustado los tatuajes y siempre he sabido que me haría alguno en cuanto cumpliera los dieciocho. No sé por qué se sorprendieron tanto mis padres cuando les anuncié que iba a hacerme el primero, si cada día volvía del colegio con las manos y los brazos decorados con intrincados diseños realizados con permanente, típex y subrayadores de colores (cuando no disponía de las calcomanías que regalaban con los paquetes de pipas).

El primer tatuaje que me hice fue una tímida hada en la parte superior de la espalda (la zona del homóplato, concretamente). Como estaba gorda, todos quisieron convencerme de que la mejor idea era tatuarme solo zonas que no fueran susceptibles a cambios de peso (porque todos sabemos que todas las gordas quieren y deben adelgazar…). Tras ese primer tatuaje, seguí optando por esas «zonas seguras», no fuera a ofender a nadie… Los siguientes tatuajes fueron en la parte baja de la nuca, el empeine y el interior del tobillo.

Todo eran tatuajes relativamente pequeños, sencillos y negros; discretos, fáciles de ocultar y siempre cumpliendo con la premisa que todo el mundo consideraba deseable para una gorda.

Pero, como os dije al principio del texto, mi mente siempre me recordaba que, si algo no me gusta, debía decorarlo. ¿Qué mejor forma de hacerlo que con tatuajes?

Algo que siempre me ha creado complejo son mis muslos (mis piernas en general), y siempre he creído que lo mejor que podía hacer con ellas era ocultarlas tras capas y capas de tela: faldas largas, pantalones largos o, como mucho, piratas; pero jamás minifaldas o shorts.

Todo cambió cuando decoré la parte delantera de uno de mis muslámenes con un enorme búho de inspiración celta con los ojos morados. Era taaaan bonito que merecía ser enseñado, así que empecé a usar prendas más cortas para poder lucirlo.

Esta decisión vino acompañada del claro enfado de mi madre y de miradas de todo tipo por parte de la gente (en especial por parte de desconocidos). Desde las miradas lascivas de muchos hombres (sobre todo hombres mayores), hasta miradas escandalizadas de mujeres algo puritanas. Pero esto, en lugar de hacerme retroceder en mi evolución a la hora de pensar y de sentirme a gusto con mi propio cuerpo, me hizo crecerme aún más y luchar contra los cánones de belleza a mi modo y disfrutando del proceso.

Los tatuajes me ayudaron a librarme de mis complejos, ya que me animaba a enseñar cada vez más piel con tal de lucirlos.

Además, me miraba en el espejo y disfrutaba recreándome entre todas y cada una de aquellas obras de arte.

Y, es más, hay otra cosa que me ha sorprendido en todo este asunto: las personas que me conocen de toda la vida me ven ahora y se extrañan por ver a aquella niña gorda, tímida, recatada y estudiosa convertida en una «yonki adicta a la tinta»; por el contrario, la gente a la que ya he conocido estando bastante tatuada, insisten en que son incapaces de imaginarme siendo y luciendo de otro modo.

Desde aquellos primeros tatuajes, me he tatuado muchísimas más veces, alcanzando el total de veinte hermosas obras de arte repartidas por todo mi cuerpo (y las que aún me quedan) y he descubierto que, además de apropiarme de la frase de decorar aquello que no me guste, he creado una nueva y se ha convertido en uno de mis lemas vitales: ¡tener un cuerpo grande sólo implica que dispongo de aún más espacio para poder ubicar mis tatuajes!

 

@caoticapaula