Si alguien ha estado en el punto de mira de la nueva edición de Gran Hermano Vip, ha sido Estefanía Unzu. De origen pampelonense y conocida como Verdeliss, no ha parado de recibir críticas desde todos los ámbitos y aspectos posibles.

Siendo totalmente honesta desde el principio, diré que sí, me gusta Verdeliss, sí, soy consumidora de su contenido y sí, me encantaría achuchar a la monada de hijos que tiene, porque sí, esta señora tiene unos hijos que ya quisieran muchas.

Pero es que aunque no me gustara Verdeliss, aunque no consumiera su contenido y aunque pensara que sus hijos son lo peor que ha dado la patria, seguiría sin aprobar los juicios de valor que se han emitido contra ella.

Porque no, no todo vale señores y cuanto antes nos lo grabemos a fuego en la cabeza, mejor para todos.

La han llamado mala madre. Mala madre por dejar a sus seis hijos con su padre – repito, su padre, no el barrendero del parque de enfrente- por entrar al programa embarazada, por permitirse el lujo de ser ella después de dedicar la mitad de su vida a cuidar a los demás. Han dudado de si quiere o no a sus hijos, de si los explota para ganar fama. Han cuestionado su educación e incluso la integridad del bebé que espera.

Pero eso no es todo, no contentos con cuestionar su labor como madre- me pregunto si hubiera sido Aritz (su marido) el que hubiera entrado a la casa de Guadalix, las críticas hubieran sido las mismas- también se han metido con su físico. «Saco de huesos» o «Esqueleto» ha sido lo más bonito que se ha podido leer sobre ella en la red últimamente.

Y yo sólo puedo pensar que qué pena. Qué pena de sociedad que juzga por el cuerpo, que utiliza el físico para hacer daño a los demás, que se atreve a apedrear a una persona que se ha atrevido a ser ella misma, a hacer lo que quiere, a vivir su vida. Porque no, por mucho que os joda, no tenemos que dar explicaciones de lo que hacemos o de lo que queremos.

Así que GRACIAS Verdeliss, por visibilizar que ser madre no es incompatible con ser persona, que la maternidad no es un condicionante. Gracias por demostrar que aún nos queda mucho por hacer, que siguen existiendo tópicos  y estigmas maternales. Porque no, que seas madre no quiere decir que tengas que ser perfecta, que tengas que pensar siempre en las prioridades de tus hijos antes que en las tuyas, que no te alegres de que se vayan de vacaciones y no los veas en un mes. Ser madre es ser humana, ser real, ya sea queriendo irte tres meses al Sáhara occidental y olvidarte de cambiar pañales o entrando en Gran Hermano Vip.

Así que Verdeliss, puedo estar más o menos de acuerdo con tu elección, pero jamás con tu libertad.

Y no, no eres mala madre ni un esqueleto andante, eres mujer, y eso debería bastar.