Carlos: Tío, le estoy poniendo los cuernos a mi chica. Suelo quedar con otra dos veces a la semana, me ayuda a no pegarme un tiro después de tanta monotonía.

Yo: ¿Le pones los cuernos a tu novia? ¿Es que no estás bien con ella? ¿Y ella lo sabe?

Carlos: Sí, claro. Llegamos a un acuerdo. Le comenté que estaba triste y aburrido de nuestra relación y necesitaba una vía de escape. ¿Tu cómo lo ves? ¿Lo harías?

Yo: Pues la verdad es que yo estoy muy bien con mi chica. Hacemos de todo a diario, no tenemos restricciones e intentamos no caer en la monotonía. ¿Por qué no la dejas y esperas a encontrar a esa persona tu?

Carlos: Mmmm no sé… Es complicado encontrar a esa persona y con Elisa estoy bien, lo único que a veces busco algo más de “sabor”.

Yo: Vale, entonces estas diciendo que tu razón para engañar a tu chica es que te aburres. Sigo pensando que lo suyo sería dejarlo y buscar a alguien que te dé ese “sabor” que buscas a diario.

Carlos: Sí, lo sé. Pero hasta ahora me ha funcionado y no quiero quedarme solo. Con los findes me voy apañando. Además, eso de la “chica perfecta” es un mito tío.

Vale, no te alarmes.

Sustituye “mi chica” por “mi dieta” ¿Tiene algo más de sentido ahora?

Sí, estoy hablando de los dichosos “cheat meals, cheat days o comidas trampa”. Existen un montón de palabras raras en el fitness que no terminan de gustarme y “cheat meal” es una de ellas. No es que esté ni bien ni mal, mi principal problema con ellos es que cuando los usamos, no tenemos en cuenta lo que significan realmente.

¿Alguna vez se te había pasado por la cabeza comparar tu dieta con tu novio/a?

Cuando hablamos de esas comidas trampa, estamos haciendo exactamente eso; ponerle los cuernos a nuestra dieta. Por si estás un poco perdida con este tema y no sabes lo que es un “cheat meal” te lo resumiré en un tweet:

“Cheat meal es pasarse toda la semana comiendo carne y pescado a la plancha con verduras, esperando a que llegue el Sábado para violar el buffet de pizzas y ver películas en el sofá mientras buceas en un cubo de helado…con donuts por encima.”

Ahora en serio, imagina que estás haciendo una dieta muy baja en carbohidratos porque tu programa de moda, coach, blogger o estrella del fitness lo dice. ¿Quieres un poco de arroz? Claro que sí, espérate hasta el sábado y te podrás poner como un japonés en Navidad…

Estos programas o dietas incluyen los dichosos “cheats” para que puedas sentirte mejor (o no tan mal) por comer algo “malo”, por mucho que digan que es para mantener el metabolismo activo o cualquier otra chorrada… Volvemos a lo mismo, ¿ahora está de moda engañar a nuestra dieta o qué?

“¿En qué estado psicológico crees que vamos a acabar si aplicamos continuamente esta mentalidad? ¿Y si encontraras una ‘dieta’ con la que vivir el resto de tu vida?”

Durante mi pérdida de peso tuve períodos de bulimia que no eran nada divertidos. Cada vez que comía algo “fuera de la lista” se me iba la pinza y no paraba hasta acabar con las reservas de chocolate del supermercado más cercano. Me sentía fracasado, débil y sin control sobre lo que hacía. Y así semana tras semana…

Esto de los cheat meals nos da una imagen muy equivocada de lo que son unos buenos hábitos alimenticios. Toda la comida debería tener sitio en nuestra alimentación y aunque estés siguiendo un programa súper estricto por la razón que sea, deberías poder comer lo que te gusta sin tener que esperar a un día marcado en el calendario.

No necesitamos ponernos la bata de científico para llegar a la conclusión de que comer muy pocas calorías no debe ser muy bueno para el cuerpo, evitar cualquier alimento tampoco suena muy bien y dejar los carbos es un coñazo, aparte de hacer que estemos de mala hostia continuamente.

“¿Qué diferencia crees que habrá entre comerse un donut a diario o siete del tirón en tu cheat day?”

Hay un montón de razones por las que no querríamos hacer “dietas” y compensarlas con cheat meals. Aprender a comer no es tan complicado y la liberación que se siente al ver que puedes comer de todo sin dejar de lado tus objetivos es una pasada.

Pruébalo, vamos a dejarnos de dietas y parches temporales. Empieza a comer como quieres hacerlo el resto de tu vida.

La pizza, los helados y el chocolate no son otra cosa que comida. ¡Vamos a disfrutarla!

Autor: Alberto Álvarez