Es genial lo fácil de hacer que es esta receta y lo rica que está. Así variamos un poco las clásicas pechugas a la plancha, que sí, son muy sanas, pero también muy aburridas. Esto también es sanito pero al menos aporta alegría a nuestras comidas. Allá vamos.
¿Qué necesitamos?
– 1 pechuga de pollo.
– 2 tranchetes light.
– 1 huevo.
– Harina de avena.
– Especias al gusto: en mi caso sal y pimienta.
Para empezar, cogemos la pechuga de pollo y la abrimos cortándola por un lado. Con cuidado, que yo soy muy manazas y siempre me las cargo. Una vez lista, la rellenamos con dos tranchetes partidos por la mitad y un par de lonchas de bacon, también cortadas. Siempre intentando que los bordes no sean más grandes que la propia pechuga.
Cerramos y sellamos con palillos para que no se escape el relleno. En realidad podemos meter cualquier cosa que nos apetezca dentro, ya estoy pensando en algo tipo Philadelphia light y espinacas para la siguiente.
Después he pasado con cuidado la pechuga rellena por un huevo batido, y acto seguido por un poco de harina de avena para rebozarla. Aprieta fuerte para que se impregne por todos los rinconcillos.
Cogemos ahora una bandeja de horno y le damos con un spray de aceite para que no se pegue. Ponemos la pechuga y precalentamos el horno. Lo ideal es tenerla a temperatura media unos 40 minutos para que se funda el quesito por dentro y se dore por fuera.
Cuando esté listo, podemos acompañarla con una patatita cocida o un poco de arroz integral. ¡Buenísimo!