Cada vez que en WeLoversize surge algún debate sobre el sobrepeso y la obesidad, saltan los iluminados defensores del IMC a decirnos que es la guía celestial para saber si estás sano o no. Nosotras siempre hemos defendido que este índice es meramente orientativo y que en ningún caso refleja la salud de la persona en cuestión, aunque aparentemente tenga un IMC ideal de 20.

Este índice no tiene en cuenta la composición corporal (qué porcentaje del peso se refiere a masa magra y qué porcentaje es masa grasa), el porcentaje de agua en el cuerpo, la edad o el sexo. Así que dos personas que miden lo mismo y con exactamente el mismo peso pueden tener cuerpos totalmente diferentes.

Ojo al dato con este estudio de Body Labs en el que se analizan los cuerpos de 6 mujeres que miden 1,70cm y pesan 66kg. Todas ellas con un IMC de 22 y sin embargo, con cuerpos cuyo volumen está distribuido de forma distinta y con niveles de grasa muy dispares.

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Según el IMC, “podría ser que un atleta en plena forma tuviera un número que signifique sobrepeso, o incluso obesidad“, afirma Jonathan Schwartz, director de productos en Body Labs. “O podríais tener un IMC normal, pero presentar más masa corporal en la parte del torso que, como algunos estudios determinan, puede significar un riesgo para la salud, que pueden derivar en enfermedades cardiovasculares o diabetes”.

Es malo no, malísimo obsesionarse con números. Ya sean los de la báscula o los de el Índice de Masa Corporal. Está bien que lo tomemos como algo orientativo pero en ningún caso define cómo se encuentra nuestro cuerpo por dentro o nos asegura el tipazo que habíamos soñado. Así que menos dejarnos guiar por números y más mirarse al espejo para conocer nuestro cuerpo y cómo podemos mejorarlo :)