Cuando en el 2018 comencé mi camino de la maternidad, tenía dos cosas claras. Quería familia numerosa y quería que se llevaran poco tiempo. Al ser algo realmente íntimo, no compartí mi idea con nadie.

Ahora que voy por mi tercer embarazo y en distintos lugares, sale el tema que tomo con mucha naturalidad, he comenzado a ver un raro efecto de la gente… Me he convertido en la loca de los bebés…creo que casi literalmente.

En cuanto lo dices, ya sea de manera casual como cuando quiero anunciarlo muy feliz de la vida. La primera respuesta que me llevo es la de siempre, ¡Qué valiente!, ¡Qué locura!, al rato y con confianza, pillas a la gente hablando a tus espaldas y como con miedo por tu salud mental.

Creo que a partir de ahora cuando lo cuente, voy a adjuntar un informe psiquiátrico para que se queden tranquilos.

Luego vienen las bromas típicas, de “Quieres levantar el país tu sola”, comentarios sobre la sobre población y alertada preocupación por si soy de algún grupo religioso extremo. Siempre queda el tópico que todos te dicen de: Ah, claro buscabas al niño-niña (leer sexo según el caso) y se os ha ido de las manos.

De todas las personas a las que se lo he contado, creo que nadie ha dicho un simple  “Enhorabuena”, lo que me lleva a pensar que quizás mis deseos cuando empezó la maternidad son de una rara de narices. Pero bueno, siempre lo he sido, así que lo tengo asumido.

Mientras tanto, ya en mi cuarto mes de embarazo y satisfecha con mi decisión. Veo que en el concurso de las opiniones ajenas, nunca voy a encajar. A estas alturas de la vida y siendo mi cuerpo el que lo vive (y a veces sufre), me da exactamente igual.

Así que en unos meses veré, si realmente estoy o no para psiquiátrico.