Miércoles, 11.00h, terapia, primera sesión. Una vez que hemos dado el paso de acudir a terapia psicológica, probablemente lo que surque tu mente es ¿y qué le cuento a mi terapeuta? Si lo compartes con amigxs en cualquier grupo de WhatsApp para emergencias te darán mil respuestas que no terminan de convencerte. Hoy te cuento desde el otro lado qué se habla en una primera sesión para que hagas tu chuleta, ¡toma nota!

Como en cualquier primer contacto, las conversaciones de ascensor te darán el tiempo suficiente para que te acomodes, observes toda la estancia y respires: “¿Has encontrado aparcamiento?”, “vaya calor que hace…”, “perdona la espera” … 

Tengo que decirte que, en los primeros minutos, una vez que ambas partes estáis acomodadas, hablará más tu terapeuta que tú, es el turno de escuchar. En una primera sesión se establecen las bases del proceso terapéutico, por lo que te dará información sobre las condiciones de la terapia: frecuencia, duración, coste, forma de pago,…, modalidad de contacto, tomará nota de tus datos personales, tendrás que firmar algunos documentos y ¡lo más importante! Es el momento de hablar de la confidencialidad, como dicen, lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas y quien dice Vegas dice terapia. 

Es el momento de cambiar roles, y ahora te toca hablar, tres temas que puedes abordar en la primera sesión son: cuál ha sido la gota que colma el vaso, cómo eso afecta a tu vida y cuáles son los objetivos que quieres conseguir, vayamos por partes. 

Está claro que todxs pasamos por momentos difíciles en nuestra vida, pero es sólo si el vaso está lleno cuando rebosa, por lo que conocer esas gotas que se han ido acumulando te ayudará a entender la situación en la que te encuentras. No se trata de hacer un análisis de cada una exhaustivo, eso es parte del trabajo del terapeuta al que pagas, pero sí tomar consciencia de qué te ha traído a terapia. 

Esa situación o conflicto tendrá unas consecuencias en tu día a día, puede ser que estés más cansadx, te cueste dormir o duermas demasiado, llores, no tengas hambre, las emociones te desborden, no tengas ganas de nada ¡ni si quiera de sexo!, no puedas concentrarte, estés en continuo movimiento, te duela la cabeza o cualquier parte del cuerpo… ¡un sinfín de avisos de que algo no es como te gustaría!

Por último, a la vez lo más difícil y lo más importante, ¿qué quieres conseguir? Volver a ser el mismx, mejorar personalmente, ser feliz, crecer…, pueden ser algunas de las respuestas, pero ¿cómo? ¿Cómo sabrías que eres el mismx, que has mejorado personalmente o que eres feliz? 

Con estos tres temas vuestros terapeutas tendrán más que suficiente para la primera sesión y tú mayor seguridad para cruzar esa puerta que a veces acoge y otras empuja, pero siempre partiendo de que estar ahí sentadx ya es un gran paso. ¡Enhorabuena! 

Natalia Mateos @unapsicologaencasa