Ya es hora de contarlo….

Llevo varios años queriendo contar y dejar escrito todo lo que he tenido que aguantar durante casi 48 años de mi vida, por la gordofobia tanto médica como social.

Tengo casi 48 años, de los cuales 42 he sido y soy gorda. Vamos que nunca he tenido un cuerpo normativo.

Cuando con 15 años, mides 1,80 tienes un 43 de pie y pesas 95 kilos, te creas una coraza que, a día de hoy no he conseguido romper, quizás con la edad aprendes a sufrir menos y a quererte más.

En muchas ocasiones, lloraba amargamente pensando, por qué yo tenía que ser así… así de gorda.

Toda mi vida he tenido que escuchar todo tipo de frases y comentarios despectivos, que me partían el alma. A día de hoy lo sigo escuchando pero intento que me afecten poco o nada.

No os podéis hacer una idea del daño que nos hace, y que en muchísimas ocasiones ocultamos con una sonrisa.

En el cole, con mi grupo de amigas, no me sentía tan diferente, quizás la gente de fuera, es la que mira raro por lo grande y diferente que eres.

Desde que tengo uso de razón he estado ha dieta, me han llevado a los mejores médicos, pero….pasados los años sigo igual, a dieta un día sí y otro también, lo que quiere decir es que ni sirvió, ni sirve.

Lo cierto es, que siempre piensas que vas a ser el patito feo y que nunca llegarás a ser cisne, y creo, que llegas a creértelo.

Personalmente; yo no me puedo quejar de como me ha ido la vida, pero he tenido que oír de todo, desde mi adolescencia hasta el día de hoy. Y lo peor de todo, es que creo que esto no va a parar nunca.

Algunas frases que he tenido que escuchar, por ejemplo;

“Con lo guapa que eres de cara, si estuvieras más delgada…..” Joder, seria igual de guapa, digo yo!!!

“Cómo llevas esa falda tan corta, no estás para enseñar…..” Joder, porque me da la gana!!!

“A donde vas con ese escote? Tápate un poco …..” Pues, a donde me da la gana.

Y como estos ejemplos, podría poner un millón más.

Pues bien, esto con 15 años te puede destrozar la vida, bajarte la autoestima y hacerte creer que vales una mierda. Y esto a la larga conlleva una cantidad de trastornos, tanto mentales como alimenticios. 

Cuando eres adolescente y sales de fiesta, con tus inseguridades, crees que nadie va a querer estar contigo y que no le vas a gustar a nadie, (menuda tontería).

La gente se cree, que por el hecho de estar gorda te tienes que conformar con lo que sea. Incluso piensan que no tienes derecho a que te guste un chico o chica, porque total no se van a fijar en ti. Lo malo, es que te lo llegas a creer, incluso piensas….¿Como se va a fijar en mi? ¿Como va a querer estar conmigo? La primera persona que te boicoteas eres tú misma, gracias a esta sociedad de mierda.

Personalmente en este aspecto he sido una afortunada, nunca me conforme y claro que llegó la persona perfecta y definitiva, por lo menos hasta el día de hoy.

Lo conocí con 18 años, y desde hace más de 24 años es mi marido.

En muchas ocasiones me miro al espejo y me pregunto: 

¿Qué le gusta de mi? Porque muchas veces no me gusto ni yo, por lo tanto es difícil de entender.

En estos casi 30 años juntos, nunca ha tenido un mal gesto o una respuesta fuera de lugar, a lo que se refiere a mis kilos de más. Yo creo que el amor es eso, ver más allá de lo que el resto no ve, creo que esa es la clave y es fundamental.

Mi consejo es, que no os debéis conformar , porque siempre hay alguien que ve lo que el resto no ve, como se suele decir….. siempre hay un roto para un descosido.

Después de una adolescencia marcada por el peso y la altura piensas……

“Las cosas con los años van a cambiar….” Pues no, exactamente igual o peor.

Con 19 años empecé a trabajar y ya os podéis imaginar todo lo que tuve que aguantar de algunas personas, con una deficiente educación y bastante mal gusto.

“Esa (la gorda) que no se ponga en caja que no da buena imagen.”

“No creo que sea tan rápida en caja y menos reponiendo.”

Y tantas cosas y de forma tan reiterada, que me duele recordarlas, por el daño que en aquel momento me hicieron.

Poco a poco me forje mi futuro y empezaron a respetarme por mi trabajo, mi físico no era importante, lo que hacía y como lo hacía, si.

Los años fueron pasando y mi pareja, me pidió matrimonio, y claro está que le dije que si, y Oh Dios!!!….. volvieron mis inseguridades, y de qué manera.

Pensé: “ ¿Habrá vestido para mi? ¿Me quedará bien o pareceré una bola? ¿Le gustaré a mi marido? Así que por milésima vez, me puse otra vez a dieta. Pero esta vez comía poco, hacía algo de deporte y empecé a hacer tonterías, es la primera vez que lo cuento, comía poco y lo vomitaba y así estuve un tiempo, que no sé como ni porque no llegué a tener un trastorno alimenticio, pero si que empecé a perder peso, pues me sentía  genial. 

Antes de casarme aparentemente estaba delgada, digo esto porque no te recuerdo de haber tenido una talla, mal llamada “normativa”. Me casé en teoría delgada, con una talla 46. Pero como mido 1,80 estaba preciosa y “delgada”.

Quizás con 23 años, fue la etapa de mi vida en la que más “delgada” he estado.

Pero……duró poco, bastante poco, porque a los tres meses de casarnos, nos quedamos embarazados de mellizos y todo cambio, o no? y solo volvió a lo de siempre. 

Con 20 años, todo lo que te dicen te hace daño, cuando alguien hace un comentario o simplemente te miran como a un bicho raro, solo porque te sales de los putos estereotipos de esta sociedad de mierda.

Con los años entre en una depresión brutal, porque me costó aceptar todos los cambios que en poco tiempo habían cambiado mi vida.

“Mamá de dos preciosas criaturas, un puesto de trabajo de cierta relevancia, un marido extraordinario y un nuevo cambio físico. En dos años había pasado de ser una niña mal criada a una mamá responsable”

Me costo mucho aceptarme y quererme un poco, años de psicólogos, terapia y muchas pastillas.

Voy a pasar un poco de puntillas por la depresión en la que estuve varios años inmersa, fueron años muy duros, donde crees que no vales como madre, esposa e hija, vamos que no sirves para nada y te importa poco estar aquí. Todo el mundo me decía, “si tienes todo lo que el mundo quisiera tener”. Y pensándolo con los años, tenían totalmente la razón, mi familia, mis hijos, un buen trabajo, mis amigos y un marido maravilloso. Visto así, es la vida perfecta, pero lo que nadie se daba cuenta del infierno que estaba viviendo en mi interior, algo no funcionaba bien, mi cabeza, y contra eso no había nada que hacer. La salud metal siempre fue un tabú y sigue siendo.

A raíz de tener un accidente de tráfico bastante importante, por fin me cambió la vida. Me cambio a mucho mejor, empecé a darle importancia a las cosas que realmente eran importantes, a mi marido, mis hijos, mi familia y por supuesto…. A MI.

Quizás fue la época más dura de mi vida, pero aquí seguimos dando guerra.

Lo que más me costó aceptar fue, a mi misma. Que ya no volvería atrás, ya no sería tan joven, no tan libre, ni delgada. Que ya no volvería a esa época.

Una vez que lo aceptas, la autoestima es la bandera con la que te levantas cada día.

Yo siempre decía: “Soy mujer, puedo con todo.” Y es verdad , pero con un poco de ayuda se lleva mejor.

Mi vida empezó a cambiar, yo empecé a cambiar y todo lo que tenia se me fue derrumbando.

Con 38 años perdí mi trabajo. Un trabajo que me encantaba. 19 años dedicada en cuerpo y alma y fue un batacazo brutal.

Mi vida volvía a cambiar por un lado y por otro seguía todo igual.

Casi 6 años en el paro, durísimos años donde la autoestima la tienes bajo tierra. Cuatro de estos años sin cobrar una sola pela. Pensando que no sirves para nada, así que me puse a estudiar, para poder reciclarme y formarme, y así poder volver a la vida laboral. Me saque un certificado de profesionalidad y con esto y mi experiencia creí que sería más fácil, pero……volvieron las inseguridades.

Después de decenas y decenas de entrevistas de trabajo, donde no me volvían a llamar, te da mucho que pensar. Una tía como yo, bien preparada, quizás un poco mayor (40-42 años) y GORDA. Vamos que tenia alguna cosa que otra en contra.

Llegas a pensar, no una  sino unas mil veces, que si estamos dos personas con un currículum parecido, la misma edad y una GORDA y la otra no, pues… la gorda (yo) estaba jodida.

Lo de darme una oportunidad era casi imposible, yo decía… “Si me dan una oportunidad, no me dejan escapar”, pero no había manera de que alguien me diera esa oportunidad. Incluso en una entrevista me dijo de manera muy edulcorada que era demasiado grande (gorda), para ese trabajo. No os hacéis una idea de lo que me harte de llorar.

Fueron años muy duros, gracias a mi forma de ser, siempre me lo eche a la espalda y pensé que alguien, algún día me daría esa oportunidad, y por fin llegó y vaya que si llegó, primero en una carnicería, luego en otra y por fin hace 6 años empecé a trabajar en una cadena de alimentación y hasta hoy. Pero fue duro, muy,muy duro.

Soy una tía, con 47 años y que tengo la autoestima por encima de las nubes, y aún así , hay veces que me duele tanto que me rompo a llorar, y me imagino como se pueden sentir los niños y las niñas con 15-20 años que todavía están formando su carácter y como les pueden joder la vida.

Por favor, tiene que haber diversidad, cada persona es diferente y única.

A nivel social la gordofobia puede destruir a la persona más fuerte. 

Por qué no nos preocupamos de ser felices y dejar que los demás también lo sean.

Soy gorda, pero sabéis una cosa? 

Lo sé, porque me miro al espejo, y me gusto.

Soy gorda, y no hace falta que nadie me haga sentir mal por ello.

Soy gorda , pero me quiero y me quieren.

Soy gorda, pero sobretodo soy persona, hija, madre, esposa, hermana y amiga.

Y , ser gorda no me invalida.

Estoy hasta el mismísimo coño de la diferencia a lo hora de referirnos a hombres y mujeres. Parece que el hombre no está gordo, Esta fuerte. Casi nunca se refieren a ellos de manera despectiva por su peso.

El nivel máximo de horror para una gorda, es cuando llega el verano, sabes que te pongas lo que te pongas, te van a mirar. 

¿Una minifalda?….. ni de coña.

¿Un vestido corto?…… ni de coña.

¿Un bikini?…… estas loka, como vas a enseñar todas las lorzas, o te vas a meter en una piscina, si te miran como si fueras un ballenato.

Yo he llorado mucho, muchísimo…. Ahora intento pasármelo todo por el arco del triunfo.

Siempre recuerdo una frase que me dijo mi marido hace tiempo, la conversación fue algo así. Me probé un biquini y le pregunté:

Yo: ¿te gusta? ¿Me hace muy gorda?

Mi marido: Te queda muy bien. ¿te gusta a ti? 

Yo: si, peroooo……

Mi marido: Mira cariño, la gente te podrá mirar, pero ¿tú crees que cuando se esté muriendo se va a acordar de una chica que vio en la playa en bikini?

Nos empezamos a reír y me dio una lección de vida, sin duda.

Así que me visto y me pongo lo que quiero y al que no le guste, que no mire, que seguro que habrá alguien que le guste. Y ese alguien soy YO.

Nosotras tenemos que aguantar comentarios y miradas que, en muchas ocasiones , nos destrozan por dentro, pero a la gente les da igual y si a eso le añadimos los comentarios ofensivos de los médicos, ya nuestra salud metal puede ser nuestra peor enemiga.

¿Por que no podemos admitir la diversidad? 

¿Por que los/as gordos/as estamos enfermos/as?

¿Por que si un gordo/a viste como quiere, está haciendo apología de la gordura?

¿Por qué se nos mira como si fuéramos bichos raros?

¿Por qué una persona obesa no tiene derecho a ser feliz?

¿Por qué un gordo/a se tiene que conformar con lo que les dicen?

Es por tu salud. Esa es la respuesta que te dan el 99% de la gente…. No tenéis ni puta idea de cómo está mi Salud.

Dejar de darnos consejos de Salud, que sabemos como somos y cómo cuidarnos solitos.

Quizás hay que normalizar que hay gente diferente, gordos/as, feos/as, altos/as, bajos/as, rubios/as, morenos/as, calvos/as, negros/as…etc. Y que todos tenemos el derecho y el deber de ser felices.

A todos/as os digo: No os olvidéis, que vida solo hay una y hay que disfrutarla.

Yo lo intento cada día, la verdad es que hay veces que no me lo ponen fácil. Esta sociedad esa así, nos bombardean con estereotipos y cómo te salgas un poco estas jodida.

Hace un par de años me compré una E-bibe, quizás una de las mejores cosas que he hecho. Me encanta salir de ruta con mi marido y si se apunta alguien más, también.

Pero como no, ciertos deportes no están hechos para gordas, y me explico.

Yo soy una gorda repartida, es decir, que soy grande de pies a cabeza, pero con unas preciosas curvas, .

Si quiero comprarme ropa específica para la bici, es misión imposible.

Llevo chaquetas de hombre, y ¿por qué? Porque los hombres gordos si tienen derecho a hacer deporte, nosotras no.

Los culotes me los compro de una marca americana, claro esta, que mucho más caros de lo normal, porque aquí no encuentro y no quiero de chico, porque lógicamente son diferentes.

Mi conclusión la tengo clara; las gordas no tenemos derecho a practicar ciertos deportes, por no decir; ninguno.

Por favor, dejarnos ser felices con nuestros kilos. Si me da un infarto, o un lumbago o una diabetes o …..mil cosas más. Igual no es por ser gordo/a. En vuestra defensa diréis, “ya, pero tenéis más papeletas, ¿verdad?, pues no necesariamente.

A mi no me ofenden que me digan gorda, porque estoy y soy gorda. La palabra gorda no es una ofensa, es una característica física. Me da pena que quieran insultarme al decirlo con despareció, GORDA, porque esa gente es imbecil, y ser imbecil no es una característica física…. Es un defecto del cerebro.

Quizás muchas veces no es que tu seas fuerte mentalmente para que no te afecte, quizás necesitamos que la saciedad avance y se preocupe por sus vidas para que nosotros/as disfrutemos de las nuestras.

Yo tengo casi 48 años y sigo siendo esposa,madre, hija, hermana, amiga y gorda….pero sobretodo soy feliz cada día, o por lo menos lo intento.

Pero no se puede ser fuerte todo el día, ni todos los días. Hay días que te necesitas más que nunca, y yo me necesito todos los días.

Terminó haciendo una petición a esta sociedad de estereotipos.

DEJARNOS SER FELICES TAL Y COMO SOMOS.

 

Cli Val